Patricia Ferreira presentó ayer el filme en Palma. | Elena Valverde

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¿Han olvidado los adultos cómo eran en la adolescencia? Apoyándose en esta pregunta la directora Patricia Ferreira inició hace unos años el proyecto de Els nens salvatges, una película que ayer se proyectó en la Sala Augusta, dentro del ciclo Cinema d'Autor que organiza la UIB. El filme se ha podido ver en Palma unas semanas antes de que se desvele si la actriz mallorquina Cati Solivellas recibe el Goya Revelación por su papel de Lola en este thriller. «Pensé en Cati, ya la conocía del teatro en Barcelona y estoy muy contenta con la decisión que tomé», asegura Ferreira, autora de títulos como El alquimista impaciente o Para que no me olvides.

Els nens salvatges pide «respeto para esa etapa de la vida. Los adultos nos hemos olvidado cómo éramos. No somos tan diferentes de esos adolescentes que algunos llaman salvajes. Las diferencias son sólo formales», asegura la cineasta, que reconoce que antes de emprender el proyecto desarrolló «un trabajo de campo», compartiendo momentos con jóvenes de entre 14 y 16 años en las aulas, «también en los parques, escuchándoles hablar».

Con toda esa información en la cartera, Ferreira quiso contar «una historia fuerte, interesante, entendiendo y profundizando en los personajes» protagonizados por jóvenes actores «profesionales» como Marina Comas, quien a sus 14 años ya posee un Goya por su actuación en Pa negre, del director mallorquín Agustí Villaronga. Patricia Ferreira, profesora de dirección de actores y miembro de la junta directiva de la Academia de Cine y de la Asociación de Mujeres Cineastas, asegura que Els nens salvatges «tiene algo de thriller. Es un género en el que me muevo a gusto».

Apoyada en él hace una defensa de los valores de esa etapa de la vida, pero también reivindica la figura del maestro, especialmente «en la enseñanza pública». Ahí podemos encontrar al personaje de Cati Solivellas, nominada a los Goya en la categoría de Actriz Revelación por su interpretación de «una profesora de historia del arte». «Me costaba verla de profesora seria y trabajamos juntas en el personaje. Cati me propuso que hablara mallorquín y sí, le dio riqueza al claustro de profesores. Hemos recibido por ello algunos elogios», comenta Ferreira, que prepara ya su próximo proyecto, la comedia Salsa de arándanos.