La mallorquina Mar Aguiló, bailarina de la Compañía Nacional de Danza, posó para este periódico en Palma. | Nuria Rincón

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La danza profesional es un mundo complicado y competitivo. Para Mar Aguiló (Palma, 1987) fue un reto y una ilusión dedicarse a esta profesión. Jamás pensó que formaría parte del elenco de baile más importante del país, la Compañía Nacional de Danza (CND). Fue la coreógrafa Maria Antònia Mas quien reconoció las habilidades de una joven Aguiló, un empujón que le llevó, primero a una escuela en Suiza, después al rango Junior de la CND y, finalmente, a la propia compañía. La bailarina relata su experiencia, además de avanzar sus planes de futuro.

—Bailar en la Compañía Nacional de Danza parece un sueño imposible. ¿Cómo logró llegar hasta ahí?

—La que me abrió las puertas a este mundo fue Maria Antònia Mas, aquí en Palma. Gracias a ella conocí al bailarín William Forsythe, que me dio clases privadas y me animó a presentarme a la audición para entrar en la escuela de Maurice Bejart en Suiza. La hice y me cogieron, estuve allí entre 2004 y 2006. Después surgió la posibilidad de ingresar en el cuerpo Junior de la CND, y así fue, donde baile entre 2007 y 2010. Después, antes de que Nacho Duato se marchase a Rusia, él mismo me escogió para entrar en la formación ‘grande’, como decimos nosotros.

—¿Qué supuso este salto?

—El primer año, con Herbe Palito como director, sentí por fin que estaba en una compañía profesional y aprendí mucho. Aún hacíamos coreografías de Nacho [Duato], que son increíbles. He bailado en China, Shangai, Tel Aviv, Grecia... En Madrid, en el Teatro de la Zarzuela y en el Real. Fue un salto importante. Un año después, Palito se marchó y entró José Carlos Martínez.

—La entrada del nuevo director no estuvo exenta de polémica...

—Duato se llevó sus coreografías y hubo miedo en la compañía. Martínez venía de la formación clásica y nosotros estábamos en una fase más contemporánea o neoclásica. No estábamos formados para hacer clásico puro, pero, poco a poco, nos hemos adentrado en una fusión. Yo, personalmente, apoyo a Martínez. Estamos en plena transición.

—¿Cómo han afectado la crisis y los recortes a la compañía?

—Se eliminó la Junior, hacemos menos giras y se compran menos coreografías. Los teatros quieren calidad y para eso Nacho tenia nombre. También temimos por el cierre de la compañía. Ahora estamos en una nueva etapa y estamos trabajando mucho. Además, como funcionarios, nos han bajado el sueldo y no hemos tenido paga extra.

—A pesar de la crisis, ¿qué significa para usted estar en la CND?

—Me siento una privilegiada. Nunca olvidaré lo que he vivido y aprendido. Pero si se va todo al traste me iré fuera o estudiaré algo. Me interesa hacer algo relacionado con la cultura, Historia del Arte, por ejemplo.

—¿Conoce lo que se hace en la Isla?

—Para formarse hay muchas opciones, pero en Mallorca no hay demasiadas salidas profesionales. Si quieres bailar tienes que irte fuera, es una pena, pero es así.