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«La decoración de la portada de Sant Francesc está mal, pero mucho peor está la cubierta, que da pena». Así expresaba ayer su preocupación el aparejador diocesano, Bartomeu Bennassar, tras comprobar a 16 metros del suelo que la decoración de la portada barroca de la basílica palmesana corre peligro de desprendimientos como los que tuvieron lugar esta semana tras una tormenta de madrugada.

Por ese motivo, hasta que pueda acometerse la restauración, la zona afectada se cubrirá con una malla. «Procuraremos causar el menor impacto posible», dijo.

Bennassar subió ayer en un elevador hasta lo alto del portal y comprobó que están rotos o tienen fisuras graves las alas de algunos ángeles, el dragón, dos dedos de la imagen de la Virgen, «que se mueven», y otro de la figura de Ramon Llull. De momento, como el Obispado no recibe ayudas para la restauración de su patrimonio, la rehabilitación del portal y la cubierta tendrá que esperar.