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La de ayer fue una jornada de maratón para los actores que ruedan en Camp de Mar A long way down , un día de trabajo que se prolongó por la noche y en el que casi no tuvieron tiempo de degustar un menú a base de lubina, solomillo y tortilla de patata. El centro de operaciones cinematográficas fue el restaurante La Illeta de Camp de Mar, ocupado por una buen número de extras.

Ya de noche, la zona presentaba un aspecto inusual, iluminada por focos que alumbraban desde la fachada del Hotel Playa y cientos de bombillas que iluminaban la pasarela que une la arena con la isla. El ambiente resultaba muy romántico, aunque no pudimos saber si las escenas que estaban rodando eran de amor.

Aunque el trabajo se prolongó a lo largo de muchas horas, el ambiente parecía más tranquilo que en otros días. Aaron Paul tuvo tiempo de pasear estudiando el guión y de echar trozitos de pan a los peces, las lisas que siempre nadan bajo la citada pasarela. Brosnan se relajó con el móvil y Toni Collette tomando el sol.