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«Lo que estamos encontrando supera todos nuestros pronósticos y lo que podíamos imaginar». Con estas palabras describen los arqueólogos Jaume Deyà y Pablo Galera los primeros resultados de la campaña de excavación que llevan a cabo en el yacimiento de Almallutx (Escorca), ubicado en la zona del Gorg Blau. Entre los primeros hallazgos, tras 20 días de «intenso» trabajo, figuran edificaciones islámicas, una de ellas «monumental»; una mezquita, una maqbara (cementerio) y restos óseos.

Tras las primeras prospecciones, Deyà y Galera concluyen que Almallutx no fue «una pequeña alquería donde esconderse de los cristianos», sino que «estamos ante un gran núcleo urbanístico y gubernamental de la resistencia islámica ante la invasión cristiana; un lugar donde sus habitantes, que podrían ser miles, esperaban a que terminase el ataque. Pensaban que sería provisional, aunque no fuera así finalmente», detalla Deyà. Los expertos datan este poblado entre finales del siglo XII y principios del siglo XIII, en época almohade.

Se trata de un asentamiento dotado de «una gran planificación urbanística y levantado con técnicas constructivas avanzadas», apunta Galera, que contaba con varias funciones: «residencial, gubernamental y funeraria».

Precisamente, durante la realización de este reportaje, Deyà y Galera estaban analizando restos de una tinaja recién encontrada «dentro de una de las edificaciones». Junto a la cerámica, -«de gran calidad, lo que nos hace pensar que eran musulmanes con gran poder adquisitivo»-, han hallado restos de carbón y arcilla quemada, «un descubrimiento que indica que la invasión de los cristianos en Alamallutx fue muy violenta». Por ello, no descartan «encontrar restos óseos dentro de las casas».

En total, los arqueólogos han delimitado la zona del asentamiento en 60.000 metros cuadrados, aunque un 70 por ciento «está dentro del agua, lo que complica algunas de las conclusiones sobre cómo era la vida en el poblado o realizar un estudio demográfico», explica Deyà.

Una de las edificaciones «nos ha sorprendido y destaca sobre el resto por su gran tamaño». Podría tratarse de un edificio público, «aunque todavía es pronto para afirmar de qué se trata». Lo que sí conocen es que «había muchas casas adosadas» que se pueden apreciar «fácilmente». Junto a la citada edificación destacada podría encontrarse la mezquita. «El hecho de que tuvieran su casa santa en el poblado indica que, sin duda, fue un núcleo urbano de envergadura».

La campaña de excavación, donde trabajan seis personas, entre arqueólogos y voluntarios -muchos de ellos estudiantes universitarios-, se prolongará durante unas semanas «hasta que el nivel del embalse vuelva a subir y todo vuelva a quedar cubierto de agua».