Ibáñez habla desde París, donde ultima las mezclas del que será su nuevo elepé, que llevará por título Paco Ibáñez canta a los poetas latinoamericanos. «Está al caer, supongo que en noviembre ya estará en la calle, pero antes tenemos que finiquitar esta alquimia total que son las mezclas con la ilusión de que el resultado quede lo mejor posible». Prevé descorchar el álbum en la capital argentina para luego incorporarse a un tour a caballo entre diferentes continentes, pero antes recalará en Mallorca. ¿Qué encontraremos en su nuevo trabajo?: «Lo resumiré al máximo diciendo únicamente que mi objetivo es hacer llorar a dos millones de mujeres». Le digo que llega tarde, tamaña empresa tiene copyright: don Mariano Rajoy que, además, triplica el número. Ibáñez ríe a carcajada limpia y rectifica: «Cierto, tiene razón. Mi intención, pues, será la de hacer llorar de felicidad a dos millones de mujeres, ¿le vale?». Por supuesto, maestro.
Ibáñez dota a la canción de una expresividad solo al alcance del talante de autores como George Brassens, Ovidi Montllor o Bob Dylan, aunque «nada me une a ese americano», asegura.
Pero tuerce el labio cuando se le pregunta acerca de la evolución de su gremio: «En la actualidad existe un referente muy embrutecido, existe una riada de música a través de los medios que utiliza un lenguaje expresivo que podríamos denominar como música basura». Confiesa que poco o nada le interesa el noventa y cinco por ciento de «lo que suena por ahí».
Paco Ibáñez.
Santuari Monti-Sion, Porreres, día 9 de agosto a las 22.30. Entrada 20 euros y residentes 10 euros.
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Per assolir aquest objectiu, de vegades pot ajudar el fet de donar-se mès un "look" de "crooner" o "chanteur de charme", en francès. Es una suposició.