Juan Lladó, de la constructora artífice de la intervención, junto a Bartomeu Bennàssar, aparejador diocesano, sobre la cubierta de la iglesia de la Cartoixa de Valldemossa. | Teresa Ayuga - ultimahora.es

TW
1

Ni rastro de las grietas, humedades y filtraciones de agua que dejaban a la vista chorretones de líquidos cayendo por las paredes de la iglesia de la Cartoixa de Valldemossa. La rehabilitación de la cubierta de este edificio declarado Bien de Interés Cultural (BIC), una «intervención de urgencia» que coordina el aparejador diocesano Bartomeu Bennàssar, entra ahora en su fase final y «estará lista a finales de este mismo mes», adelanta Bennàssar.

La reforma, que ha supuesto «cambiar toda la cubierta de la nave central de la iglesia y también de los anexos, además de otros imprevistos que nos hemos encontrado sobre la marcha», se ha llevado a cabo «sin ayudas institucionales». Cabe recordar que en 2009, la Conselleria d’Obres Públiques del Govern concedió al Bisbat de Mallorca una ayuda de 200.000 euros para sufragar el coste de la obra, que alcanza los 438.091 euros. Sin embargo, a principios de este 2012, el Govern alegó que la licencia de obra y la aprobación del proyecto de Patrimoni Històric no llegó a sus manos dentro del plazo establecido de 12 meses. «Las condiciones de esta subvención estaban mal redactadas», aclara Bennàssar, «la tramitación burocrática consumió los plazos de las obras», por lo que el Bisbat presentó un recurso «que no prosperó, así que el Bisbat deberá hacerse cargo de todo el coste».

Desperfectos

Esta fase final de la intervención contempla la rehabilitación del 25% de la cubierta de la nave central, del coronamiento del muro de la fachada y «arreglar algunas tejas rotas y otros desperfectos que nos hemos encontrado sobre la marcha, como el anclaje de la cruz, prácticamente destrozado». Todo este trabajo «se realiza respetando al máximo los materiales y la estructura originales», detalla Bennàssar, quien lamenta que «no tengamos ayuda institucional». Si la tuvieran, «podríamos abrir el portal mayor, que está tapiado. El pueblo lo hubiera agradecido encarecidamente».

Otro de los hallazgos que se han dado durante la reforma es que el reloj de la fachada es «mecánico». «Nunca se ha visto en funcionamiento. Es realmente curioso y sorprendente», finaliza Bennàssar.