TW
0

¿Fue Llorenç Moyà un escritor esteticista, barroco y con tendencia siempre a la temática religiosa? La tesis de Miquel Àngel Vidal titulada Llorenç Moyà. Vida i Literatura (Poesia i prosa) , con la que ha recibido el reconocimiento 'cum laude', demuestra y pone en valor todo lo contrario. Es cierto que es la imagen de su obra que más ha recogido la crítica literaria y la que más se ha popularizado, especialmente por la exitosa representación de Adoració dels Tres Reis d'Orient y el Via Crucis en Palma, pero la obra de Moyà «siguió una interesante evolución literaria, escribió obras trascendentes, tanto en la línea del intimismo como de la crítica social y el compromiso político. Se le ha encasillado, pero nunca hizo lo mismo».

Miquel Àngel Vidal, en las más de 1.000 páginas de este estudio que ha elaborado en diez años, recupera para muestra de este argumento, por ejemplo, la producción más «combatiba» de Moyà, Gloses d'un Xafader , que publicó en Ultima Hora entre 1977 y 1981, año de su fallecimiento. «Me he encontrado con una obra más profunda y crítica de lo que me imaginaba», reconoce Miquel Àngel Vidal. Así, en las 'gloses', Moyà, «mostraba gran valentía. Destacaría una de ellas con motivo del 23-F, en la que dio un buen repaso a los golpistas», recuerda Vidal, quien adelanta que una selección de las 600 glosas serán publicadas próximamente por la editorial Moll. En sus textos «se mostraba muy preocupado por la lengua y el país», detalla.

En estos años de estudio, el profesor ha podido acceder al archivo personal de Moyà, lo que le ha permitido analizar numerosa documentación, dibujos, correspondencia con otros autores y descubrir algunos textos inéditos, que recoge en el extenso apéndice de la tesis.

Miquel Àngel Vidal explica uno de los cambios en la trayectoria literaria de Llorenç Moyà por la influencia que, en la década de los cincuenta, tienen en él autores como Tomàs Vidal, Camilo José Cela o Villalonga. «Se muestra cansado de pasar por un escritor preciosista y empieza a escribir narrativa». También teatro, «aunque nadie coge sus textos y los estrena»; y poesía, que es «el género que más le gustaba».

Moyà dejó varios inéditos, como Les faules i antifaules o Un barret per a cada home y otros textos de importancia menor, que conforman una «obra extensa» que empezó en lengua castellana - La tribu de la encina , uno de los títulos- y que continuó en catalán cuando cumplió 25 años. «Estimaba mucho la lengua y creía que había que defenderla. Sería muy duro con la situación actual», opina Vidal.

El profesor espera «poder llamar la atención de la crítica catalana», «haré algunas ediciones y estoy convencido de que la crítica isleña seguirá estudiando su figura. La estética de Moyà es muy actual, era un poeta muy elaborado, con unas imágenes muy ricas». En su tesis no deja nada por tratar, así que también incluye una descripción de las obras en castellano, así como una catalogación temática del teatro del escritor.