Ernesto Sevilla, en una imagen promocional.

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Ser un tunante (pícaro y desenvuelto, según el lenguaje 'Chanante') está de moda. Primero fue La Hora Chanante , luego Muchachada Nuí , dos espacios televisivos creados por el inefable Joaquín Reyes, cuyo poder transgresor refundó los códigos humorísticos del país. Dotados de una surrealista, gamberra e hilarante galería de personajes en la que se alistaban Ernesto Sevilla y Julián López, dos nombres propios de la factoría 'Chanante', recalarán en el Auditorium de Palma, con un espectáculo donde sacan de paseo ese humor inclasificable, vacilón y gatuno (elegante pero perverso) adherido a su ADN. Será hoy, a las 21.00 horas.

«Hay momentos en los que Julián y yo interactuamos, sin embargo la base del espectáculo son monólogos individuales cerrados, es decir, no hay demasiado espacio para la improvisación aunque, si el día se ofrece, podemos salirnos un poco del guión», desvela Ernesto Sevilla, quien achaca la culpa de su éxito a «unos textos inspirados en la vida cotidiana, en el mundo que me rodea, ahí es donde puedes encontrar materia prima de primera».

Sevilla confiesa sentirse cómodo en el contacto directo con el público. «Es más excitante el teatro que la televisión, estar frente a un patio de butacas lleno de gente es una sensación difícil de describir», añade el humorista.

¿Qué logra desconcertarle sobre un escenario? «Siempre busco entre el público a alguien que no se ría, y cuando lo localizo hago el monólogo mirándole únicamente a él hasta que también echa a reír», afirma el cómico.

Pocos pueden resistirse a un discurso saturado de ese humor manchego tan suyo, tan surrealista, tan inclasificable, tan contagioso... que han acabado convirtiendo en filosofía de vida.

Ernesto Sevilla y Julián López. Auditòrium de Palma. Esta noche, a las 21.00 horas.