Toti Martínez de Lezea posó ayer para este diario en Palma.

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El Día Internacional de la Mujer es necesario «por las carencias que todavía sufrimos en pleno siglo XXI. El día que no lo celebremos significará igualdad, y todavía no la hay». Así se expresaba ayer Toti Martínez de Lezea (Vitoria, 1949), autora de éxitos de novela histórica como La calle de la judería o La abadesa , horas antes de pronunciar la conferencia Mujeres, la historia no escrita en el Centre de Cultura Sa Nostra de Palma.

Martínez de Lezea no pretende «soltar un rollo reivindicativo», sólo descubrir «a las grandes mujeres en la sombra que han formado parte de la historia, y que no figuran en ningún escrito». Así, la autora recuerda figuras como Cristina de Pisán, poetisa medieval francesa y «la primera mujer que fue capaz de vivir de la literatura, culta y pionera».

Por ejemplo, ¿por qué no se conocen a grandes compositoras clásicas? «Dicen que la hermana de Mozart era mejor que él, y la de Meldenson también, pero sus familias no tenían los suficientes recursos para darles una carrera a los dos y, cómo no, ésta fue para los hijos varones», pero remarca que «en aquella época muchas mujeres firmaban como hombres, así que nunca se sabe».

Martínez de Lezea llegó a la literatura casi por casualidad, en concreto, por una apuesta. «Me jugué una comida y la gané», y, precisamente, de ahí surgió La abadesa . «Si mis primeros libros no hubieran cuajado, posiblemente me hubiera retirado de la escritura».

Sobre los problemas de la mujer en la actualidad, la literata confiesa sentirse «terriblemente asombrada» con la violencia de género entre los jóvenes, y considera injusto que «los hombres sigan cobrando un 20 por ciento más que las mujeres por el mismo empleo».