Steve McCurry, junto a su obra más celebrada, 'La niña afgana', ayer en el Casal Solleric. | Pere Bota

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Un grupo de jóvenes se burla de un niño en un pequeño pueblo peruano. Entre lágrimas, el pequeño apunta a su cabeza con una pistola. Steve McCurry (Filadelfia, 1950) estaba allí para captar ese instante, acompañado de su Nikon D700 y una Hasselblad de medio formato. «Era un pistola de juguete», aclara el fotoperiodista. Ésta y otras escenas conforman Steve McCurry. Retrospectiva, primera exposición del artista en la Isla, con la que el Casal Solleric de Palma celebró ayer PalmaPhoto. Se podrá ver hasta el 4 de septiembre.


La niña afgana (1984), un retrato de la joven de 13 años Sharbat Gula, un ícono de la fotografía del siglo XX y portada de la revista National Geographic en 1985, es la instantánea -de las 120 que conforman la muestra- que da imagen a esta retrospectiva. «No hay día que no me pregunten por esa fotografía», señala McCurry. «La gente conecta con una foto, nunca sabes el motivo, simplemente ocurre. El mundo entero se enamoró de Sharbat, y yo también». ¿Fue esta joven de 13 años un símbolo de liberación de la mujer afgana? «No. No debemos confundir una fotografía con la situación de la mujer en un país», sentencia.


Afganistán, Birmania, Camboya, China, Cuba, Pakistán, Filipinas, Sri Lanka y así hasta cerca de una veintena de escenarios han servido a McCurry para captar «la humanidad de las personas, aquellas que sufren situaciones complicadas en su día a día», explica el fotógrafo, quien confiesa sentirse «emocionado de mostrar mi trabajo en Mallorca».


McCurry, miembro de la agencia Magnum desde 1986, se confiesa: «Europa nunca me ha llamado la atención». «En mi primer viaje a Asia descubrí un nuevo mundo, una situación diferente a la que yo estaba acostumbrado. Es un lugar donde conviven diferentes culturas, religiones y emociones», explica. A pesar de todo, McCurry lleva tres meses trabajando en Italia para un exposición que se inaugurará a final de año en la ciudad de Milán.


El fotógrafo, quien tiene su residencia en Nueva York, afirma: «En mi ciudad me siento como un outsider, fuera de lugar, en Asia estoy como en casa».