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La Tate Modern de Londres cambia el prisma sobre Joan Miró para adentrarse en los orígenes de sus creaciones. El exilio, la Guerra Civil o la represión de la dictadura franquista están presentes en el universo mironiano poblada de estrellas, colores, notas musicales y escaleras que suben al infinito. La galería británica presentó ayer la exposición The ladder of escape ( La escala de la evasión ), la mayor retrospectiva que se ha hecho en Londres sobre el artista catalán en los últimos cincuenta años. Trece salas del edificio repasan 57 de trayectoria pictórica centrada en su iconografía más social y política. «Busca [la exposición] lo que hay detrás de los símbolos y los iconos de Miró. Mi abuelo era un hombre comprometido y esta muestra retrata el Miró revolucionario», aseguró el nieto del artista, Joan Punyet, durante la presentación a los medios.

El amor de Miró a la tierra, el estallido de la Guerra Civil, así como la represión de la dictadura de Franco son los tres ejes clave que centran el recorrido expositivo de la Tate y que marcaron también la evolución de su trayectoria pictórica. Obras como Cap de pagès catalá , la Serie Barcelona, las admiradas Constelacions , el tríptico de L'Esperanza del condenat a mort (1973) o las Teles cremades son algunas de las 161 obras que se exponen hasta el 11 de septiembre. «Es una exposición especial con un Miró activista», aseguraba Chris Dercon, director de la Tate Modern.

Hace sólo seis días que Dercon asumió la dirección de la galería y ayer, ante la gran afluencia de medios, (más de 200), se mostraba «orgulloso» de estrenarse con la obra del catalán más universal. A la presentación también asistieron el conseller de Presidència del Govern, Albert Moragues, y el nuevo director del Institut Ramon Llull, Vicenç Villatoro, inque han dado apoyo a la organización de la exposición.

Organizada por la Tate Modern y la Fundación Miró de Barcelona, también deja patente los espacios referenciales de Miró: Barcelona, Mont-roig, París y Palma. Punyet destacó la mallorquinidad de esta muestra ya que parte de las obras que se exhiben «fueron cocinadas desde la isla entre 1956 en 1983». Buena parte de estas voces punzantes «como el tríptico L' Esperanza del condenat a mort (1974), en recuerdo a Salvador Puig Antich, o los Blaus (1961) prestados por el Centro Pompidour, fueron gestados en Son Boter o en el taller Sert», añadió Punyet Miró.

The ladder of escape se inicia con los paisajes que tanto cautivaron a Miró en sus estancias en Mont-Roig, resumidos en el cuadro La masía (1921-1922), que cautivó a los periodistas ingleses.

Y mientras uno se adentra en en el recorrido pictórico, de manera diáfana se topa con la anhelada estancia de Miró en París y