José María Moreno, director de la Capella Mallorquina. | Joan Torres

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José MarÍa Moreno es uno de los personajes más populares del mundo de la música clásica local, en el que igual se le ve dirigiendo a la emblemática Capella Mallorquina, de la que es su titular; el ciclo zarzuela de Andratx, -este año suspendido por la crisis- o a Plácido Domingo en el Palma Arena. Más conocido en Mallorca por su faceta de director de coro, ahora se consolida en la dirección de orquesta con una carrera nacional e internacional que despegará en 2010 con la Sinfónica de Brandenburgo, la de Castilla y León, la Sinfónica de Berlín y proyectos en Viena, Lucerna, Argentina, Uruguay y Chile.

-En su agenda no figuran ni la Simfònica de Balears, ni la temporada de ópera del Principal. ¿No es profeta en su tierra?
-Cuando he tenido ocasión he disfrutado mucho dirigiendo a nuestra Simfònica. Me siento muy querido por los músicos y siempre me he sentido muy bien tratado. Desgraciadamente, no trabajo con la orquesta desde 2007, pero espero que pronto pueda dirigirla de nuevo. En cuanto al Principal, me gustaría dirigir una ópera, ya que en el teatro formé parte del coro como tenor y trabajé como asistente de dirección durante 12 años, pero allí mi progresión se vio frustrada y, en lugar de ser apoyado, se prescindió de mí a partir de 2001.

-¿Se siente dolido?
-Duele que no cuenten contigo cuando has ido demostrado un trabajo bien hecho, de resultados contrastados, además de contar con estudios, preparación, títulos.

-¿El ámbito de la música coral se le ha quedado pequeño?
-La música coral no sólo me ha dado grandes satisfacciones musicales, sino personales y muchas oportunidades cuando ciertas puertas se han cerrado limitando mi carrera como director de orquesta. Cuando hay voces de por medio, como director me encuentro en mi salsa, pero el objetivo de dirigir grandes orquestas en grandes teatros no es nuevo y para ello me he estado preparando mucho; mi convicción es que como director he encontrado mi sitio y donde me he especializado, donde me encuentro más cómodo, es dirigiendo ópera o música sinfónico-coral

-¿Cuándo comenzó a despegar su agenda?
-A partir del concierto de Plácido Domingo en el Palma Arena, en el verano de 2009, en el que yo preparé a la orquesta y coro; mi trabajo llamó la atención del director, Eugene Kohn, del Metropolitan Opera House de Nueva York, que incluso me hizo dirigir cuando no estaba previsto.

-¿No le da vértigo el futuro?
-Ahora me empiezo a sentir muy seguro, no tengo dudas; soy muy trabajador, siempre lo he sido, me preparo a conciencia y estudio, estoy en contacto con maestros que me asesoran y me ayudan, pero como uno se acaba de formar es dirigiendo, la orquesta es el instrumento del director.

-La actual temporada de ópera del Principal ha estado pendiente de un hilo. ¿Cuál es su opinión?
-Durante años no se han racionalizado los recursos de la temporada, se ha gastado mucho y mal, no se han sabido administrar bien los recursos disponibles, pero ¡claro que la temporada no se puede perder!, culturalmente sería deplorable, se ha luchado durante muchos años para tener una temporada estable.

-Aporte soluciones.
-Amortizar lo ya gastado: las producciones propias tienen que ser una inversión a largo plazo, hay que alquilarlas a otros teatros, volver a sacarlas cada cuatro o cinco años; en cuanto a las voces, utilizar la cantera local, algo que ya no se hace, que haya un equilibrio entre la cantera y los nombres ya conocidos.