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Brotada de OT, factoría de artistas mediocres caracterizada tanto por el fulgurante ascenso de sus productos como el rápido olvido con el que el público paga sus dudosas gestas musicales, Chenoa se consolida como uno de sus escasos frutos relevantes. Hoy firma discos a las 18.00 en Porto Pi de Palma.

Suena el teléfono. Una voz cálida y afectuosa me hace obviar la leyenda de altivez que la precede. Chenoa capea la entrevista sin un bostezo o mala contestación. Su voz suena tan balsámica como la que abriga las melodías de Desafiando la gravedad, su nuevo álbum. Como casi siempre, las apariencias engañan.

Buenas noticias es uno de los temas incluidos en su último trabajo. En él se imprime una firme voluntad de inicio "tabla rasa y génesis", un auténtico rayo de esperanza para combatir los malos tiempos. al respecto, Chenoa opina que «es una canción que describe mi forma de escribir: directa, sin subterfugios ni metáforas. Habla en clave positiva. Es bueno abandonar la creencia de que sólo las historias tristes cumplen con la patente de autenticidad.» Una frase acuñada por Lennon sostenía «Me despierto demasiado tarde. Debería tomarme la píldora de la imbecilidad para aguantar un horario de nueve a cinco cada día». Preguntamos a Chenoa si le sirve de guía, como mensaje a transmitir. «Prefiero solidarizarme con las sensibilidades del ciudadano de a pie, a veces se confunde la rebeldía con la mala educación».

A veces lo más interesante son las preguntas más simples. Así que le preguntamos qué supone para ella la música: «Constituye un 50 por ciento mi medio de vida y otro 50 el respeto que le profeso». Su último álbum destila una gran riqueza de matices, elementos que la cantante describe como «el reencuentro entre el sonido de mis inicios y el nuevo rumbo que he tomado, en el que existe una omnipresente línea de bajo, aparte de las inevitables guitarras» apunta. «Son canciones que suenan francamente bien en vivo» prosigue la artista, que nos desvela que el título de su última producción discográfica atiende a una necesidad de 'auto-arenga': «Una vez conscientes de la crisis que nos azota, lo mejor es plantarle cara y tomar cartas en el asunto derrochando valentía».