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La conversación de Salvador Brotons, director titular de la Orquestra Simfònica, es fluida y rápida, acorde a la velocidad de sus proyectos. Hoy aquí, mañana en Barcelona, luego en Estados Unidos, pasando antes por Israel. Una actividad «frenética» con la que disfruta porque «la música es algo apasionante». El músico y compositor está contento por el trabajo que la Simfònica ha registrado con Maria del Mar Bonet y por proyectos futuros. Ahora inicia una nueva etapa en la que cree vital que «la orquesta toque, sea visible y repita programas». ¿Un reto? Llegar a los mil abonados y, para ello, hay que «hacer un buen trabajo».

-Después de los primeros ensayos y un primer concierto. ¿Qué análisis puede hacer de la orquesta?

-Hemos hecho un primer concierto en la Plaça Major muy exitoso, con un repertorio difícil en el que los músicos han tocado maravillosamente. Acabamos de grabar un compacto de Mas Porcel y esta semana lo hacemos con Maria del Mar Bonet. Hay una muy buena simbiosis, una buena relación entre director y orquesta, y eso es básico.

-¿Qué ha cambiado en la Simfònica desde que la dejara hace casi diez años?

-Ha mejorado conjuntamente. Hay mejores músicos, mejores instrumentistas y los que han llegado han aportado más nivel. La orquesta tiene más experiencia, conoce más mi gesto y es más flexible. Además, está preparada para hacer repertorios de gran dificultad.

-¿Y en usted?

-Las cosas se ven diferente después de diez años. La de director de orquesta es una profesión en la que cuando maduras, madura todo. La experiencia hace mucho y antes de ser director he sido músico de orquesta durante diez años. Sé mucho de psicología del músico, de cómo tratarles y sacar lo mejor de ellos. Esto es muy importante.

-Llegó esta temporada con un proyecto claro y muy personal.

-Creo que lo hemos diseñado muy bien y es ambicioso. Esperamos que no nos falten recursos económicos. Estamos en crisis y el reto más grande es hacer muchas cosas con lo que hay. Lo fácil es hacer tres con mucho dinero. Lo importante es tener la facultad de administrar bien lo que tienes y que lo que hagas sea de calidad y esté bien hecho.

-¿Es suficiente el dinero que manejan en comparación con formaciones del mismo nivel y de otros países?

-Es un presupuesto modesto al ser una orquesta grande. El 80% se va en personal, en pagar los sueldos de los músicos. No puedo decir que la orquesta tenga un presupuesto extraordinario. Menos sería imposible y ojalá fuera más, pero no me quiero quejar porque se hace un esfuerzo importante y hay que ser agradecido con lo que se dedica. Quiero que se vea que la orquesta tiene mucho impacto, categoría, calidad, que hace muchas cosas y que, por todo ello, necesita recursos. Pero primero tengo que demostrar que tiene gran calidad y luego pedir.

-En su proyecto persigue la promoción de compositores locales y recuperar piezas olvidadas o que nunca se habían estrenado.

-Un país tiene que conocer bien su historia y en nuestros programas habrá una presencia grandiosa de música mallorquina.

-El día 30 de septiembre se celebran en el Auditòrium de Palma los 20 años de la Simfònica, ¿cómo será el concierto?

-Será un buen concierto dirigido por el maestro Luis Remartínez, director fundador de la Orquestra Simfònica. Lo curioso es que se presentará el mismo programa que hace veinte años y en el mismo día, un 30 de septiembre.

-¿Esta temporada la orquesta se propone salir más de España?

-Esperamos que sí, pero depende de si tenemos recursos asegurados. Aunque también tratamos de buscar otras posibilidades, tipo colaboraciones, para no tener que contar sólo con los recursos de Mallorca.

-¿Qué propone la Simfònica este año?

-La temporada será diferente a la pasada. Cada director tiene energías diferentes, diferentes programas y compositores predilectos. Se harán cosas que gustarán y que hasta ahora no se han hecho.