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Patrimoni del Consell autorizó ayer el proyecto del arquitecto Pere Rabassa para la cubierta de sa Llonja que, tras el proceso de rehabilitación, será plana y de baldosas hexagonales de cerámica. Éste fue uno de los asuntos que se informaron favorablemente ayer en la reunión de la Ponencia Técnica de Patrimoni Històric cuyos integrantes votaron por unanimidad la opción de Rabassa para el edificio gótico de Sagrera.

Con la resolución de los técnicos, se vuelve a lo que se cree que fue el proyecto original de Guillem Sagrera para el edificio, que proyectó una cubierta plana y que los mercaderes también se la encargaron así en el siglo XV. Más tarde, en el XVII, ésta fue sustituida por una de cuatro aguas como protección contra las filtraciones y la humedad.

Patrimonio ha dado su visto bueno con una prescripción respecto a un grafito de 1690 encontrado en una de las columnas del tejado: que se «deposite en el Museu de Mallorca o que se contextualice dentro de la rehabilitación del inmueble», según explicó Gabriel Cerdà, director insular de Patrimoni.

La intención de Rabassa ha provocado la contestación de algunas voces discordantes entre los historiadores, quienes opinan que la restauración de un edificio tan emblemático e importante del gótico mallorquín como sa Llonja debería ser debatida. Uno de ellos es el historiador del arte y profesor titular de la Universidad Autónoma de Barcelona Marià Carbonell, experto en arte gótico y en la obra de Sagrera. Carbonell opina que el material cerámico que se utilizará en la cubierta «no es coherente con el proyecto original [de Sagrera] y lo vulgariza». Además, recuerda que en el contrato que firmó el arquitecto con los mercaderes «se hablaba sólo de marés y de piedra de Santanyí».

Por otra parte, en la Ponencia se informó favorablemente también sobre la nueva pasarela que el arquitecto Pere Nicolau propone para unir dos volúmenes de Can Oleo, el edificio de la Universitat de les Illes situado en la calle Almudaina de Palma, elemento que ahora se ha proyectado «más estrecha y tansparente» con lo que, finalmente, la obra en este edificio del gótico civil podrá seguir adelante.

Otros de los asuntos tratados y aprobados se refiere a la restauración de unas pinturas del XVIII que se encuentran en las puertas de un armario de la possessió Son Boter, en el Territori Miró, y al proyecto de restauración de la techumbre de la Cartoixa, en Valldemossa.