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XAVI SOLÀ El clásico pop desenfadado, aderezado con partículas de funky y sometido a un lenguaje musical de índole comercial, fue el fugaz aperitivo que nos dispensó la formación mallorquina Adhoc, y que precedió la irrupción sobre el escenario del Palma Arena del auténtico héroe de la noche, el asturiano Melendi.

Varios miles de personas siguieron el concierto del cantante asturiano, que estuvo arropado por una excelente banda sobre un escenario austero y sus canciones llegaron a todos gracias a un sonido limpio y potente.

Entre las primeras canciones, sonó Piratas del bar Caribe, de su último disco.
Resulta cuanto menos curioso apreciar cómo, pese a su procedencia, el vigente apóstol de la rumba pop parece tocado por ese gen del duende que únicamente el sur del país confiere a sus gentes.

Si bien en el formato directo el autor inyecta a su música una mayor dosis de músculo guitarrero, prevalece sobre todo lo demás el fervor con que fluyen sus canciones, arropadas por el indesmayable aliento con que son agasajadas por el karaoke generalizado del público. Melendi protagonizó un show vibrante, lúdico y salpicado por esa popular fusión de culturas musicales que tan buenos márgenes comerciales le han reportado a sus bolsillos desde que, a orillas del nuevo milenio y de la mano del tema 'Con la luna llena' -telón musical de la Vuelta Ciclista a España'04-, se granjease el aplauso de las masas en aras de configurar un apabullante y prolífico recorrido musical. Hoy, con cuatro producciones discográficas en su haber, que han recolectado un buen puñado de premios y reconocimientos a este y el otro lado del charco, Melendi ve fortificada su aura mediática con el apoyo incondicional de un público absolutamente rendido ante sus atributos musicales.