En 'Autorretrat davant l'escala', de 1931, Juli Ramis retrató su interior con un halo de tristeza.

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MARIANA DÍAZ

Obras que Juli Ramis (1909 - 1990) pintó entre los años 30 y 60 del pasado siglo se encontrarán hoy en Es Baluard con las de algunos de sus amigos y maestros de las vanguardias históricas.

El museo inaugura esta noche una exposición coincidiendo con el día en que se cumplen 100 años de su nacimiento en Sóller. El título de la misma es Juli Ramis visita a Picasso, Marie Laurencien, Wilfredo Lam, Wols, Archie Gittes, Joan Miró, André Masson, Nicolas de Stäel, Poliakoff, Frautier, artistas con los que Ramis coincidió en Barcelona, París, Tánger o Londres y con los que mantuvo vínculos de amistad, como en el caso de Picasso, que fue su «protector», o artísticos.

«Modernidad», «investigación», «inquietud», «búsqueda» fueron las palabras utilizadas ayer por la comisaria de la muestra, Marta Sierra, para describir, no sólo la pintura de Ramis, sino también su actitud ante el arte contemporáneo, en el que se sumergió con verdadera pasión desde su juventud, cuando, con 19 años, salió de Sóller rumbo a Barcelona e inició su periplo de formación a través de los lenguajes de las vanguardias históricas, «que hizo suyos». En treinta años, Ramis fue pasando de la figuración a la abstracción «enriqueciéndose y buscando perspectivas propias».

Ramis «dominaba la técnica», apuntó Cristina Ros, directora del museo, quien destacó de este artistas «su apuesta por la modernidad», una actitud que chocaba frontalmente con la pintura de paisaje que entonces se practicaba en su Isla natal.