Imágenes de 2007 de la torre de Son Oms, en las que se pueden ver las grietas exteriores y el techo de la zona interior caído, lo que aumenta su degradación.Cala Figuera.

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MARIANA DÍAZ

Los propietarios de las torres de defensa de Cala Figuera (Calvià) y Son Oms (Palma) habrán recibido, o estarán a punto de recibir, sendas notificaciones del departamento de Patrimoni del Consell en las que se les da un plazo para que inicien la restauración de estos elementos. De lo contrario, se les enviará una orden de ejecución, la brigada de Patrimoni hará la obra y se les cobrará el importe.

Ambas torres, que están catalogadas como Bien de Interés Cultural (BIC), llevan varios años en estado de abandono y se encuentran muy deterioradas, especialmente la de Cala Figuera. En la degradación de estos elementos patrimoniales ha coincidido la desidia de sus dueños y de las sucesivas Administraciones. El Grup d'Estudi de les Fortificacions de Balears (GEFB), que preside Àngel Aparicio, ha hecho múltiples denuncias, tanto a través de este diario como en el propio Consell. Precisamente, Aparicio recordaba que «esta misma semana he hablado con la propiedad y con la arqueóloga municipal de la torre de Son Oms». Su conclusión, que por parte de la primera existe «pasotismo».

Biel Cerdà, director insular de Patrimoni, señaló que la estructura de la torre de Son Oms «está en alto riesgo». Además, «la propiedad, en su día, obtuvo una subvención de 16.619 euros para su restauración y entonces nos dijeron que era inminente el comienzo de las obras». Pero esto no ha sucedido, como han corroborado no sólo el presidente del GEFB, sino el técnico de Patrimoni «que fue de inspección hace dos semanas», según Cerdà.

En cuanto a la torre de Cala Figuera, para la que, en la época del Pacte de Progrés, desde Cultura del Consell se elaboró un proyecto de rehabilitación, se encuentra en una fase de deterioro más avanzada y significa un peligro para quienes se acercan por la zona. En 2000 estuvo a punto de firmarse un acuerdo para su restauración, y posterior adecuación del entorno para la visita, entre las consellerias insulares de Cultura y Promoción, el Ajuntament de Calvià y la propiedad que, al final, quedó en el aire con el consiguiente perjuicio para el monumento, en el que ya se ha derrumbado una parte de la estructura.