TW
0

ANA LARGO

Sus más de treinta años de profesión, de experimentación, reflexión y estudio serán repasados y revisados en dos países con una larga trayectoria en el mundo del cómic como son China y Japón. El dibujante Max (Barcelona, 1956), Premio Nacional de Cómic 2007, iniciará, a finales de este mes, una mini gira asiática con la que recorrerá durante una semana Pekín, Tokio y Shanghai invitado por el Instituto Cervantes.

En su ruta asiática impartirá conferencias sobre su obra y la evolución del cómic occidental, además, dirigirá talleres y mantendrá varios encuentros con otros artistas. «Es encomiable que el Cervantes se haya fijado en el cómic español como algo que vale la pena pasear por el mundo», confesó el dibujante, que aprovechará el viaje para mantener algunas entrevistas con editores japoneses.

El día 29 de mayo, en la sede del Cervantes de Tokio, ofrecerá una charla sobre el cómic occidental y «sobre la evolución de mi trabajo desde 1973 hasta ahora, centrándome en mi faceta de autor de cómic y en mi última década, que para mí es la más importante». La historieta occidental es «bastante desconocida», sin embargo, hay japoneses expertos en ella como Kousei Ono, con quien mantendrá un diálogo en una posterior mesa redonda.

El dibujante explica que su conocimiento sobre la viñeta oriental es reducido, pero reconoce que en su obra como ilustrador se observa alguna influencia de la estética japonesa, véanse sus colaboraciones con el grupo Neo Tokyo, para el que ha elaborado carteles, carátulas o banderolas como las que pueden observarse en la imagen que acompaña a esta información. Además, asegura que en los últimos 15 años se ha sentido muy atraído por la pintura clásica china y japonesa, por sus paisajes envueltos en niebla y en sus conceptos de vacío, que «han filtrado notablemente mi obra», dice.

El primer taller que impartirá Max será en en la sede de Pekín, donde organizan una serie de actos bajo el lema Otros mundos. La propuesta del artista consiste en trabajar una historia que arranca con «un astronauta que anda perdido por el espacio y que llega a un mundo perdido». A partir de ahí, comienza el trabajo de los alumnos de la escuela de arte del reconocido profesor chino Nie Jun, con quien también compartirá un diálogo. Según Max, el dibujo chino posee «algunas influencias occidentales y japonesas».

La posibilidad de publicar su exitoso Bardín en chino o japonés sería fabuloso para el dibujante, quien confiesa que le «sorprendería muchísimo» que allí le conocieran. Ilusionado y agradecido por esta gran oportunidad, Max prepara ya la maleta de este viaje, que finalizará el 4 de junio en Shanghai. En la sección de Cultura del consulado español ofrecerá una conferencia y en el centro Factori impartirá un taller «a profesionales de disciplinas diversas como el cine, el arte o el cómic», explicó Max, quien fue invitado también el pasado noviembre por el Cervantes a dar una conferencia en Nueva York.