Portadas de algunos de los títulos publicados por editores baleares. Foto: C. HEREDIA

TW
0

CELIA HEREDIA

Para un editor en Balears hablar de crisis no es sinónimo de grandes cambios. Pero, en estos momentos, en el mercado las ventas se resienten. La demanda ha disminuido un 20 por ciento con respecto a 2008 y los editores han decidido hacer frente a esta recesión reduciendo el número de títulos que tenían previsto publicar en este año.

Los editores baleares sienten que el mundo editorial en las Islas es diferente. «Aquí estamos en desventaja porque el mercado es muy reducido», apuntó Josep Joan Vidal, presidente del Gremi d'Editors de Balears. Y es que «el libro en catalán juega con un competidor muy fuerte», señaló Gracià Sánchez, de El Gall Editor, refiriéndose a los títulos editados en castellano. Por eso, el Consell de Mallorca destina cada año unos 277.000 euros a subvencionar la edición de publicaciones especiales y subvenciones a través del suport genèric a la producción de libros en catalán, esta última «una ayuda que no te regala nada, ya que con ella lo único que hacen es comprar una parte reducida de la tirada pagando por ella la mitad de su valor real», Lleonard Muntaner, de la editorial con el mismo nombre.

¿Son estas ayudas un alivio para los editores a la hora de afrontar la crisis? «Éstas son ayudas cuyo presupuesto se ha mantenido invariable desde hace diez años», apuntó Miquel Font, de Miguel Font editor, refiriéndose a unas ayudas «sin las que no podríamos competir con la normalidad que supone editar libros en Catalunya, donde no tienen que pagar más por la importación del papel o del producto».

A esta situación que viven los editores hay que añadir la experiencia de una reducción de ventas en Navidad, -uno de los dos momentos, junto a la Diada de Sant Jordi, que permiten al editor prever cómo está incidiendo la crisis en el sector-. Algunas editoriales baleares ya han tomado medidas. Entre ellas, se encuentra la de dejar aparcados algunos títulos. En el Gall serán los poemarios, los libros dedicados al teatro, algunas novelas los géneros más afectados, mientras que Lleonard Muntaner este año irá con más cuidado y evitará publicar libros «que tienen mucho interés, pero poca venta». Todos están de acuerdo en que esta reducción se realizará «sin sacrificar las obras de algunos autores autóctonos relevantes» y de algunas traducciones, que, según Toni Xumet, de Edicions del Salobre, se verán menos afectadas por la recesión, ya que cuentan con un margen de mercado más amplio al tratarse de títulos conocidos.

La realidad editorial en Balears se compone de editoriales pequeñas dirigidas por editores vocacionales que «no nos atenemos a pensar si vamos a vender mucho o poco», asegura Muntaner. La diferencia está en que, mientras unos se decantan por las colecciones o un número reducido de publicaciones anuales, pero de calidad, otras prefieren un mayor número de títulos. Ante esta realidad los editores más afectados son los últimos, ya que arriesgan más por títulos que pueden tener un mercado reducido.

¿Cuáles serán las principales consecuencias de esta situación? «Para afrontar mejor esta crisis, deberemos potenciar la presencia, durante más tiempo, del libro editado en las librerías», apuntó el presidente del gremio, refiriéndose a la necesidad de renovar la salida de títulos que están en el fondo -unos 3.000 en el catálogo del Gremi d'Editors- y reducir el número de novedades. También será fundamental hacer «una buena promoción de los libros que aparezcan publicados», añadió Font, quien señaló que, además de competir con los libros en castellano y las colecciones de bolsillo que tienen unos precios con los que las editoriales no pueden competir, también lo tendrán que hacer con las descargas ilegales que se hacen de muchos libros por la Red. «Pero el verdadero problema, no es la crisis», señala José Luis Reina, presidente de la Associació d'Editors Illes Balears, sino que «hay muy pocos lectores, la venta de libros es escasa y el beneficio es mínimo con o sin crisis».