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M.DÍAZ «El museo me ha encantado, hay obras impresionantes». Así se expresaba el rey Juan Carlos el 30 de enero de 2004 durante la inauguración del Museu d'Art Contemporani Es Baluard. Anteayer, el centro cumplió cinco años con otra inauguración, la de la obra de Anselm Kiefer.

Alrededor de 1.200 invitados acudieron hace cinco años a Es Baluard en una fría noche a la que los Reyes dieron calor con su presencia.
Don Juan Carlos y doña Sofía llegaron a Palma con retraso debido a la niebla que cubría Madrid. Antes de descubrir la placa conmemorativa del acto, sus Majestades fueron recibidos por el entonces president del Govern, Jaume Matas; Pilar del Castillo, ministra de Cultura; Maria Antònia Munar, presidenta del Consell; Catalina Cirer, alcaldesa de Palma, y Pere A. Serra, president de la Fundació d'Art Serra.

Don Juan Carlos y doña Sofía presidían la comitiva que iba recorriendo las salas en las que se exponía la colección permanente del museo y haciendo preguntas sobre las piezas que les llamaban la atención. Después, fue el momento en que todos, Reyes e invitados, se sorprendieron con la sala Aljub, que se abría al público con la instalación de Rebeca Horn titulada La luz aprisionada en el vientre de la ballena. La jornada cultural se tornó festiva a la hora del cóctel. El grueso de los invitados lo celebró en la gran carpa instalada en la terraza, frente al mar, mientras que los Reyes y un grupo más reducido lo hicieron en el interior del museo.

A Palma acudieron ese día personalidades de todos los sectores de la sociedad española y muchos invitados extranjeros.