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CELIA HEREDIA
Cuando todavía era niño, sólo leía rondalles, después le tocó leérselas a sus hijos y hace veinte años empezó a leerlas, pero, esta vez, para recopilar frases hechas, dichos o refranes.

Antoni Llull Martí (Manacor, 1935) ha dedicado buena parte de su vida a la lectura de estos cuentos populares. Y es ahora cuando este filólogo ve el resultado de un trabajo que emprendió hace tres años. Se trata del Diccionari d´Expressions Lingüístiques (Editorial Moll) en el que Llull ha reunido más de 5.600 locuciones, dichos, refranes y toda una serie de expresiones, que aparecen en los veinticuatro tomos de las Rondalles mallorquines, de Antoni M. Alcover.

«Cuando era pequeño estas expresiones eran muy populares. Son expresiones que ahora ya no se oyen», señaló Llull. Y continuó, «mi intención era salvaguardar este tesoro lingüístico que estaba esparcido en veinticuatro tomos». El filólogo consideró que este volumen «es un elemento de placer para las personas mayores porque, muchas de ellas, van a encontrar dichos que no oían desde la niñez», aunque también consideró que «puede ser útil para los escolares cuando sus profesores le encomiendan a sus alumnos leer alguna rondalla o trabajar sobre ellas».

Sobre la cuestión de por qué estas expresiones se han dejado de utilizar, Llull señaló que «la pérdida de estas palabras, dichos y refranes en las conversaciones se debe a la inmigración masiva que se produjo en la Balears después de la guerra», pero, sobre todo, «por la presión del castellano a través de los medios de comunicación».

Aunque no es un diccionario, el libro funciona como tal. «Cada una de las 5.600 entradas está insertada en un contexto extenso y tienen varios significados», señaló Llull.