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EUROPA PRESS/J.CLIMENT El presidente de Foment del Turisme, Àlvaro Middelmann, se reafirmó ayer en sus críticas al Teatre Principal de Palma un día después de que tildase de «nacionalismo rancio» la actitud del centro por «discriminar» el Festival MúsicaMallorca y no prolongar las fechas de celebración del evento por cuestiones de lengua, como ya publicó este periódico.

En sus declaraciones de ayer a Europa Press, Middelmann insistió en su tesis de que «una instalación pública como ésta debería mostrar otro comportamiento». Además, recriminó la «crispación» que se genera cuando discrepa sobre determinadas cuestiones, en especial las de ámbito lingüístico.

Por su parte, el PSM exigió ayer su dimisión en un comunicado, donde exponen que los «ataques» de Middelmann a la lengua catalana y la cultura de las Islas demuestran que «no tiene el perfil adecuado para representar a esta importante institución», tildando de «desmedidas e inexplicables» sus declaraciones.

El director del Teatre Principal, Joan Arrom, volvió a defenderse ayer de los ataques de Middelmann asegurando que «esto no es una cuestión política, se les ha ido de las manos». Arrom ya explicó el jueves que «el único problema» era de agenda, ya que la organización del festival les solicitó prolongar su programa con un concierto en unas fechas que ya estan reservadas para un montaje propio. Respecto al «incumplimiento» del contrato por parte de los organizadores del festival, que supuestamente vendieron entradas no autorizadas, y su actitud desafiante con las normas del teatro (al parecer obstaculizaron los procedimientos de seguridad para acceder al edificio), Arrom consideró que «en Alemania no harían esas animaladas».

Los directores del fesival, Wolf D. Bruemmel y Toyo Masanori Tanaka, declararon ayer que «no tienen nada que ver» con la polémica lingüística levantada por Middelmann, pero aseguraron que el problema se produjo porque el Principal no les comunicó que dispondrían, en realidad, de dos de las tres fechas deseadas, algo de lo que se mostraron muy «contentos» a pesar de que tuvieran que enterarse «a través de los periódicos». Asimismo, desmienten que vendieran entradas no autorizadas ya que «nos dieron un plano con las entradas que podíamos vender».