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El Festival de Pollença estrena en su 47 edición nuevo director artístico, el barítono Joan Pons, y un programa aderezado con diferentes estilos musicales y con el que la organización espera «dar la talla». Un festival «diferente y de calidad», calificó Pons, que arrancará el próximo 4 de julio con la Misa de Requiem, de Verdi.

El objetivo del festival es dar un aire nuevo a la programación, conservando, eso sí, la calidad.
Con un presupuesto de 400.000 euros, el director del festival aseguró ayer, durante la presentación de la programación, que han ampliado el abanico musical con el objetivo de atraer a más público a los conciertos del Claustre de Sant Domingo.

El alcalde de Pollença, Joan Cerdà, explicó que hace 47 años «el alcalde Siquier tuvo la idea de conjugar cultura y turismo, la idea ha perdurado y ahora es un clásico». Tanto es así que desde la Conselleria de Turisme se trabaja en la «promoción exterior y en la incentivación interior», comentó Joan Sastre, director general de Promoció Turística, algo que subrayó el director del Inestur, Antoni Oliver.

Joan Pons afirmó que ya se encuentran trabajando en la próxima edición del festival, «ya hemos realizado contactos importantísimos», y en el 50 aniversario del festival. Además de repasar el programa, que incluye un total de once conciertos, Pons destacó la importancia del recital sinfónico y de algunas figuras como Maria Guleghina, David Russell o Alexei Volodin.