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OTR x LOS ANGELES Anton Chigurh, el despiadado asesino en serie que encarna Javier Bardem en No Country for Old Men (No es país para viejos), se ha convertido en el terror de los premios y continúa acaparando galardones en su imparable carrera hacia el Oscar. Pero el que recibió la pasada madrugada el actor en Los Angeles fue un premio singular, ya que fueron sus propios compañeros los que premiaron su papel en la película de los hermanos Coen, y eso siempre tiene un sabor especial.

Y más en el caso de Bardem, que viene de una larga saga de actores. Al recoger el premio, el actor español tuvo un sentido recuerdo para sus abuelos Rafael Bardem y Matilde Muñoz Sampedro de los que dijo que «fueron actores en un tiempo en el que a los intérpretes no se les permitía ser enterrados en tierra sagrada» porque eran despreciados y perseguidos como los «homosexuales y las prostitutas».

Después de ganar más de una decena de premios, incluido el Globo de Oro, Bardem fue reconocido por el Sindicato de Actores Estadounidense -SAG en sus siglas en inglés- como mejor actor secundario por su papel de Anton Chigurh, un asesino de irrisorio peinado, pero al que Bardem dota de una inquietante mirada y, sobre todo, de una voz escalofriante, que durante los años setenta sembró el pánico en el estado de Texas.

«Recibir este premio es totalmente increíble. Soy un actor español y recibir esto con todos vosotros, de parte de todos vosotros, es más de lo que puedo expresar con palabras», afirmó Bardem, quien quiso compartir el premio con todo el reparto de No es país para viejos, que se estrenará en España el próximo 8 de febrero, y con «los responsables de todo esto», los hermanos Coen que se llevaron el premio a la mejor película. «Gracias chicos por contratarme, y gracias por el duro trabajo de escoger las buenas tomas en vez de en las que lo hice realmente fatal», dijo entre risas.