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F.MARÍ La fachada de la Almudaina de la Catedral tendrá en breve una nueva fisonomía. La Comissió de Patrimoni del Consell prevé este viernes dar el visto bueno a la petición del Obispado para la restauración de la fachada norte de la Seu, así como la apertura de dos ventanales nuevos en este mismo lugar.

Los arquitectos Sebastià Gamundí y Enric Taltavull son los artífices del informe de restauración y rehabilitación «de la piel exterior del edificio y la red de desagüe», según apuntan los mismos, y que también contará con Ana Laborde como restauradora. El informe de los arquitectos está fechado de diciembre del 2006, aunque el Consell empezó a estudiar la propuesta el pasado mes de mayo.

Según fuentes de la conselleria, ésta no es una obra complicada, ya que seguirá las pautas de restauración normales para este tipo de edificios. Sin embargo, se tendrá que tener especial cuidado en las partes más esculturadas de la puerta de la Almudaina que necesitarán «un tratamiento más delicado». En conjunto, la restauración se prolongará desde la fachada principal hasta el Presbiterio, y lo que prevé el Consell es que que la intervención elimine «patologías orgánicas e inorgánicas». Por su parte, los técnicos de Patrimoni han desestimado la sustitución de las piezas deterioradas de la fachada norte, algo que solicitaban los arquitectos en el estudio.

El Cabildo de la Seu es el promotor de la obra que ya cuenta con la licencia del Ajuntament y que prevé que el viernes tenga el consentimiento del Consell. A pesar de todo, los técnicos insulares son los encargados de velar por el control de la obra, que aún no tiene fecha para su inicio.

La intervención más notoria será la apertura de dos ventanales que darán luz en la Capella de la Santíssima Trinitat. La intervención en la fachada tiene un presupuesto de 1.360.588 euros.

Las prescripciones del Consell, respecto a la obra, además de no sustituir ningún elemento de la iglesia, serán que durante la limpieza de la fachada no se podrán usar, por ejemplo, bactericidas sin que antes se hayan hecho análisis previos sobre el estado de la piedra y previo consentimiento del Consell. Aún así, se prevé que esta intervención no sea tan complicada como la restauración de las otras dos fachadas, la principal y la de los Apòstols.