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La trayectoria profesional de la cantante mallorquina Miquela Lladó fue laureada ayer en el claustro del convento de Santa Margalida mediante la celebración de un concierto cargado de sorpresas y grandes joyas musicales.

El homenaje, iniciativa del Ajuntament de Palma, comenzó a partir de las 21.00 horas con unas emotivas palabras a cargo de Pep Antoni Rubio, quien recordó los inicios de Miquel Lladó en la nova cançó y las primeras actuaciones de Música Nostra en la década de los ochenta.

El regidor de Participació Ciutadana, Eberhard Grosske, afirmó que «este acto es un homenaje a una persona que está en plena capacidad creativa y el reconocimiento profesional de su ciudad». Por su parte, la alcaldesa de Palma, Aina Calvo, sostuvo que el concierto fue «un reconocimiento a una calidad artística, a una trayectoria constante, a una mujer que es renovación, vanguardia, fiel a la tradición y que impulsó la normalización lingüística» y definió sus canciones como «parte de la educación sentimental de las personas que hoy nos encontramos aquí».

Tras los parlamentos, Cort hizo entrega a la cantante de una escultura del artista Tomeu Ventayol y una pieza de cristal. El recital comenzó con la interpretación de una letra de Maria Antònia Salvà, acompañada por los músicos Miquel Àngel Aguiló, Toni Pastor y Hugo Sócrates. Éste era sólo el inicio de una emotiva velada en la que Miquela Lladó estuvo más acompañada que nunca sobre el escenario, gracias a la asistencia de muchos de sus amigos, entre los que se encontraban Tomeu Penya, Marta Elka, el grupo Antònia Font, Joan Bibiloni o integrantes de Els Valldemossa.

Miquela Lladó quiso recordar en su homenaje a todos aquellos con los que compartió los años de la nova cançó, como Maria del Mar Bonet y su hermano Juan Ramon o Lluís Llach, con el tema M'en vaig a peu al que le siguió No vull anyorances. El músico Joan Bibiloni subió al escenario para acompañar a la guitarra a Miquela en la interpretación del tema Mai dónes per finit, letra del poema de Miquel Àngel Riera.

La noche deparó muchas sorpresas y momentos intensos para quienes no se perdieron este homenaje, ya que la artista regaló pequeñas joyas como la actuación junto a una de sus hijas, Beatriu Herrero, o con Marta Elka.

La cantautora Miquela Lladó, que entonó además durante su actuación algún romance y musicó poemas de Costa i Llobera, despidió su homenaje con La Balanguera.