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El retablo de Sant Jordi, de Pere Niçard, el Crist del Sant Sepulcre, la colección del taller de Mateu López, las cerámicas, el mobiliario realizado por Antoni Gaudí para la Seu o el Drac de na Coca son algunas de las piezas más significativas que conserva el Museu Diocesà de Mallorca, que cada último sábado de mes ofrece la posibilidad de disfrutar de una visita guiada por las distintas salas que posee el centro de arte tras su remodelación.

El recorrido, en el que suelen participar un máximo de 25 personas, comienza con una breve explicación sobre el origen de las dos piezas más antiguas del museo, un incensario y un capitel de la época bizantina. Las tallas románicas del Crist del Sant Sepulcre o la Mare de Déu son algunas de las obras que invitan a acercarse a la que es considerada «la pieza estrella del museo», según la guía Maria del Mar Gaita, el retablo de Sant Jordi, de Pere Niçard, realizado en el siglo XV.

Ocupando su lugar original, el retablo del Mestre del bisbe Galiana descansa en el oratorio gótico de Sant Pau, antiguo oratorio del Palau Episcopal y la entrada del anterior Museu Diocesà. En esta misma sala se puede encontrar el vitral de Sant Pere, realizado por Gaudí por encargo del obispo Campins, y que sirvió de prueba para los que el artista realizó más tarde para la Catedral de Palma.

Camino del renacimiento, el recorrido cuenta con algunas piezas góticas como los cuatro relieves evangelistas esculpidos por Guillem Sagrera en piedra. «Debido a la profunda huella que dejó el gótico en Mallorca, los primeros años del renacimiento arraigaron poco en la Isla», explicó la guía. Sin embargo, pueden encontrarse algunas piezas.

El Museu Diocesà cuenta con diferentes obras del que fue uno de los talleres más importantes, el del artista cordobés Mateo López.
A mediados del mes de julio, salió del museo una de las pocas piezas que se conservan del convento de Santo Domingo para ser restaurada.
La segunda planta del centro de arte invita al público a viajar por el barroco, visitando los retablos del taller dels Oms y las obras de Miquel Bestard. Antes de llegar a la etapa final del paseo se encuentra una amplia exposición de cerámica en la que se pueden contemplar barreños, botes de conserva, botijos, fuentes, platos o plafones.

Espacio Gaudí La última parte del trayecto está dedicado al mobiliario que Gaudí diseñó para la Seu. Esta sala del museo acoge el facistol del maestro de capilla, el tintinábulo, una banqueta, el banco de los oficiantes o el facistol del coro y fragmentos del vitral Rigna Martyrum.

El Museu Diocesà no ha incorporado a su colección nuevas piezas tras su remodelación. Sin embargo, el pasado mes de julio recuperó la figura del Drac de na Coca a petición popular.