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«El Ajuntament de Palma no suspendió ni prohibió la celebración del festival de música electrónica, ya que el Pitch nunca existió». Con estas palabras, el segundo Teniente de Alcalde y regidor de Benestar Social, Participació i Cultura, Eber- hard Grosske, explicaba ayer que los promotores del concierto «sabían que si no había coorganizador institucional, el acto no seguiría adelante», ya que, para la celebración de este evento en Son Rossinyol, se necesita obtener o las licencias administrativas o contar con la participación del Ajuntament de Ciutat, tal y como se hizo el año pasado.

Y es que, según el concejal, «los organizadores pretendían jugar con los hechos consumados», pensando que Cort no se atrevería a no apoyar la organización del festival.

Mayor regulación
Eberhard Grosske aseguró que el Consistorio ha establecido tres criterios para la autorización de eventos musical al aire libre y fiestas populares. «Quiero dar un mensaje claro de que el Ajuntament tratará de buscar un equilibrio entre el fomento de estas fiestas y el descanso de los ciudadanos, siempre desde el diálogo con el sector implicado y los vecinos que se vean afectados», puntualizó Grosske, quien añadió que «es un problema que no debe resolverse unilateralmente, sino buscando fórmulas equilibradas, de sentido común y cumpliendo con la normativa». De este modo, la nueva política que el gobierno municipal pretende llevar a cabo se fundamenta en que «las normativas deben cumplirse siempre, cumplir con las normas de seguridad y respetar el descanso de los vecinos», argumentó.

El concejal adelantó que, en materia de autorización y coorganización de eventos musicales, «las cosas han cambiado» y que Cort tiene la intención de hacer «las cosas bien».

Respecto al Pitch 2006, Grosske explicó que «la Policía Local recibió un total de 298 quejas por parte de los vecinos de Son Sardina, el Amanecer y el Secar de la Real». «El Ajuntament no estaba dispuesto a atentar de forma intolerable contra el descanso de los vecinos», dijo, dejando claro que «estos criterios se aplicarán a cualquier evento en el que participe el Consistorio, insisto en que no ha habido un trato discriminatorio».

Por otra parte, Grosske invitó a la organización a sentarse a hablar con el fin de «realizar este evento en un futuro» en otro espacio y avanzó que el Palma Arena, que tiene en tramitación la licencia de actividades y cuenta con una capacidad de entre 6.500 y 7.000 personas, podría ser una opción viable.

Por otra parte, Joan Llabrés, productor del festival, aseguró, pese a que se muestra dispuesto al diálogo, que «el daño está hecho y estamos estudiando la forma legal de tomar medidas». Llabrés anunció que «hemos recibido la anulación oficial del festival por escrito a través de una carta certificada, a fecha del 23 de agosto» y reconoció que la capacidad del Palma Arena no sería suficiente para acoger a las 12.000 personas, las previstas en esta edición del Pitch.