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AGENCIAS|MADRID

José Luis Cantero, El Fary, hubiera cumplido 70 años el próximo 20 de agosto, pero un cáncer de pulmón acabó ayer con la vida de este camarero, jardinero y taxista, que se convirtió de la noche a la mañana, gracias a la canción El toro guapo, en cantante de gran popularidad. Mañana será incinerado en el cementerio de La Almudena de Madrid.

La ministra de Cultura, Carmen Calvo, definió su persona y su trayectoria como la de «un personaje querido», que logró ser «ese héroe popular que sale de un lugar común y corriente y cumple su sueño de ser artista». David Muñoz, del dúo Estopa, fan confeso de El Fary, describió la hazaña del artista como la de «un tío que trabajaba en un taxi y se buscó 'las mañas' para poder editar un disco». Todos los testimonios recogidos coincidieron en destacar el buen humor del cantante de Apatrullando la ciudad, que Santiago Segura utilizó como tema principal en Torrente: el brazo tonto de la ley.

José María Iñigo, responsable del debut televisivo de El Fary en 1980, explicó que «era un hombre divertido, siempre se recordará su amplia sonrisa, y era muy popular, un cantante de barrio».

El Fary dio el salto a la interpretación en la serie de televisión Menudo es mi padre, que comenzó en 1996, con Kiti Mánver y Miguel Rellán. Este último explicó cómo durante el rodaje, «rara vez mostró un mal gesto y, pese a las ideologías, fue capaz de crear un territorio común gracias a su buen humor».

También mostraron sus condolencias los Artistas e Intérpretes, Sociedad de Gestión (AISGE), de la que El Fary era socio desde hace diez años.

Nacido en 1937 en el madrileño barrio de Ventas en una familia humilde y numerosa, de niño quería ser torero, pero heredó de su madre su afición a la música. Al regresar del servicio militar, donde aprendió a leer y escribir, obtuvo la cartilla de taxista, profesión que ejerció durante siete años. Sus primeros discos -ayer estaba prevista la publicación de un recopilatorio, pero fue retirado en el último momento- los vendía él mismo en el Rastro madrileño.

Eran grabaciones de coplas que también cantó en Mallorca cuando actuó en los años ochenta y en el año 2002 durante las fiestas de Sant Sebastià de Palma. Considerado por muchos como el sucesor de Manolo Escobar, fue en la década de los ochenta cuando comenzó a cosechar éxitos como Paloma que pierde el vuelo, Amor secreto, El bichito del amor, El pasodoble Antoñete, El día de visita y, sobre todo, El toro guapo, esa que decía «Vaya torito, ay! torito guapo, que tiene botines y no va descalzo».