Emilio Casares, Bernardo Torrandell y Ramón Sobrino, posaron ayer en Palma.Foto: SEBASTIÀ AMENGUAL

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ANDRÉS CASTAÑO

El Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU), continuando su labor de recuperar el patrimonio musical de nuestro país, acaba de publicar un libro de partituras del compositor inquer Antonio Torrandell (1881-1963), que se presentó ayer en Inca, e incluye su Sinfonía número 1 Opus 28 junto a las cuatro canciones para soprano y orquesta.

La edición crítica ha sido realizada por el Ramón Sobrino, catedrático de Musicología de la Universidad de Oviedo (UNIOVI), y María Encina Cortizo, profesora titular de Historia de la Música y Musicología de la UNIOVI. Y ha sido posible gracias al ICCMU, el Institut d'Estudis Baleàrics (IEB) y el Ajuntament de Inca. Se trata del tercer título publicado por el ICCMU sobre la figura de Antonio Torrandell que ha contado con el apoyo del Ajuntament de Inca y del Institut d'Estudis Baleàrics. Tanto Ramón Sobrino como Emilio Casares, director del ICCMU, no dudan en considerar a Torrandell como «uno de los grandes compositores españoles de la primera mitad del siglo XX». Bernardo Torrandell, hijo del compositor, donó la integridad de partituras de la obra de su padre al ICCMU, y elogió la labor de recuperación de la obra de su padre. «Gracias a Sobrino y Casares mi padre ha resucitado», afirmó emocionado.

Einquer fue un compositor admirado en Francia a principios del siglo XX, pero nunca renuncio a sus orígenes. Su vuelta a España en 1932 por motivos familiares le impidió expandir su obra a lo largo del globo.

Torrandell se formó en Inca y en Madrid y vivió en París 23 años. Allí tuvo como maestros a Ricardo Viñes y Charles Tournemire y compuso gran parte de su obra para piano. Sobrino resaltó su capacidad compositiva, escribió más de 40 obras en diez años, y destacó la calidad de otros mallorquines como Miquel Marquès y Antoni Lliteres, también incluidos en la colección del ICCMU.