El Auditori d´Alcúdia.

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LAURA MOYÀ

El próximo martes, los escenarios de todo el mundo celebrarán el Día Internacional del Teatro. Esa jornada servirá para sacar a la luz cuáles son sus principales necesidades y para reivindicar el espacio que deben ocupar en la sociedad. En Mallorca, el panorama puede resumirse de una forma sencilla: una Part Forana muy potente y una capital con carencias. Durante seis años, el Teatre Principal de Palma ha permanecido cerrado para adecuarse a los nuevos tiempos. Mientras, los municipios del resto de la Isla apostaban por impulsar sus propios teatros, lo que ha cambiado el panorama escénico isleño.

Aún así, los nuevos espacios comparten una misma problemática: un presupuesto insuficiente para una programación más ambiciosa. «Por fin Mallorca cuenta con buenas infraestructuras y con personal que las gestiona». Para Pere Santandreu, gerente del Auditòrium Sa Màniga de Cala Millor, el inconveniente radica en las ayudas. «El Consell y el Govern deberían implicarse más y no permitir que mueran iniciativas como Dansamàniga, el único festival de danza de la Isla, que no cuenta con ninguna subvención».

Sa Màniga quiere «ampliar la programación» porque «el público lo pide», pero no puede hacerlo por no contar con recursos suficientes, la misma dinámica que vive el Teatre d'Artà. «Nuestro presupuesto es limitado, sólo nos permite pagar el mantenimiento», según su gerente, Maribel Sancho. Su principal problema radica en «encontrar mecenazgo privado» y dinero para «mejorar las instalaciones del teatro», por lo que también apuesta por nuevas ayudas supramunicipales.