Joan Miquel Morey, en primer plano, durante la reunión de expertos celebrada en Granada.

TW
0

LAURA MOYÀ

Hace un año, un grupo de mallorquines impulsó la creación del Premio Nacional de Cómic. Ahora, parte de ese mismo equipo ha hecho lo propio con la Academia de la Historieta. La primera toma de contacto se celebró la semana pasada en Granada durante el Salón del Cómic de la localidad, aunque la reunión que fundará la institución se hará el 20 de abril en Barcelona coincidiendo con el Saló del Còmic. En Granada se aprobó la creación de una comisión gestora destinada a impulsar la convocatoria del 20 de abril, que deberá reunir a «todos los sectores del mundo del cómic, desde los dibujantes hasta los entintadores, pasando por los editores o los guionistas», según Joan Miquel Morey, de Norma Cómics y uno de los miembros de la comisión. En la primera reunión se acordó que «el objetivo general y prioritario de la academia, y sin perjuicio de lo que establezcan los estatutos definitivos, será la defensa, promoción y crecimiento de la historieta y de los profesionales del medio», afirmó Morey. También se definieron las funciones de la comisión gestora: «Convocar al máximo de profesionales a la asamblea constituyente el 20 de abril, organizar el acto y recopilar propuestas de los profesionales enfocadas a la creación del organismo».

Precisamente, se optó por hacer coincidir la reunión de Barcelona con el Saló del Còmic porque «acude casi todo el sector». «Las invitaciones que estamos tramitando incluyen un modelo estándar de estatutos para que cada uno aporte los objetivos que cree que debe tener la academia que, esperemos, puedan aprobarse en la Ciudad Condal». «Necesitamos un organismo que nos sirva de referencia institucional», dijo Morey, la misma idea que apuntó Vicente García, de la editorial Dolmen, quien también estuvo en Granada. «La gente ve el cómic como algo heterogéneo. La academia permitirá canalizar el medio y, también, será un punto de información y la cabeza visible del sector». Además, «servirá para que se hable de cómic, y que no sólo se haga cuando muere un dibujante o cuando se celebra el Saló del Còmic de Barcelona». Para Pere Joan, dibujante y uno de los encargados de la editorial Inrevés junto a Max, la institución ayudará a que «el sector no aparezca como un grupo de personas disgregadas, sino como un conjunto». Por otra parte, el Premio Nacional de Cómic, que se entregará a finales de año, continúa con los trámites burocráticos pertinentes. Cuando Rogelio Blanco, director general del libro del Ministerio de Cultura, de el visto bueno a las bases que ha elaborado el equipo de trabajo, se elegirá al jurado. «El galardón se entregará a un libro inédito publicado el año anterior a la entrega del premio en cualquier idioma del Estado y no a una trayectoria», explicó Morey. El jurado estará formado por libreros, autores y gestores culturales, entre otros.