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DIEGO MEDINA

A sus 77 años, Héctor Alterio es un referente del cine argentino y español, su modestia y humildad son propias de su cultura y de su tiempo. El actor bonaerense es un símbolo para todos aquellos que ya no saben bien si son de aquí o de allá. Alterio viene a Palma a presentar su último éxito teatral, El Túne, basado en un texto de Ernesto Sábato, los próximos días 23 y 24 a las 22.00 horas en el Auditórium del Paseo Marítimo de Ciutat.

-¿Cómo es su personaje en El Túne?
-Este personaje, creado por Ernesto Sábato en los años 40, es un neurótico esquizoide e inestable que busca denodadamente la verdad en una mujer que, como contestación, le da respuestas ambiguas, lo cual acelera el proceso de inestabilidad en el que vive el personaje. Interpretar este personaje es bucear en las profundidades de la mente de Sábato, que creó a Juan Pablo Castel con 35 ó 38 años, yo le doblo la edad. La idea de Diego Curatella, responsable de la adaptación, es que el personaje esté recordando lo que le sucedió hace 40 años. Yo entro y salgo narrando lo que va ocurriendo.

-Decía usted que dejar su personaje de Claudio en la obra Yo, Claudio, de Robert Graves, le iba a ser muy doloroso. ¿Cómo lleva ahora la relación con este nuevo personaje?
-Llevamos unas 160 representaciones, más de un año dando vueltas por toda España y hoy es el momento en que todavía estoy en permanente luna de miel con el personaje porque me ofrece una gran cantidad de posibilidades. Y desde el punto de vista de la profesión, yo hago esto desde hace muchos años, salgo de un personaje y me meto en otro; el problema está en lograr que no se parezcan para no caer en repeticiones absurdas.

-¿Hacia dónde nos lleva El Túne de Ernesto Sábato?
-La novela nos lleva a infinitas posibilidades. La ambigüedad que hay en la respuesta definitiva de la obra de Sábato se presenta desde la primera frase: «Yo soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarren». Desde ahí el espectador ya conoce el final, por eso creo que sólo él puede crear su propia interpretación.

-¿Qué es lo que encuentra usted en el teatro, por qué lo prefiere al cine?
-El cine tiene otros desafíos y ha posibilitado que se me conozca y que trascienda más, pero también hay que resolver con mucha inmediatez y eso no ocurre en el teatro, donde uno profundiza más en el trabajo.

-¿Por qué aceptó esta obra?
-Esta es una obra que yo, como cualquier otro argentino, leí en mi adolescencia o juventud. Lo que más me impactó fue el personaje, tiene tanta profundidad, da tantas posibilidades de ir enriqueciéndose a uno mismo y al personaje, que me engancho enseguida y acepté el trabajo.

-¿Quién es Ernesto Sábato para usted?
-Sábato para mi es un ser humano irrepetible, no sólo en la parte literaria ha tenido una actividad de gran repercusión, sino en su participación en momentos difíciles de la vida socio política de Argentina. Él es el autor del libro Nunca más que posibilitó el juicio a los militares que estuvieron en el poder entre los años 1976 y 1981. Y estos personajes fueron juzgados por esos crímenes que hundieron a toda una generación. Eso es tan meritorio y tan importante como su carrera literaria.

-¿Sigue soñando con volver a Argentina?
-Afortunadamente, ahora me salen ofertas de trabajo en la Argentina y eso me posibilita ir y venir. Y con la llegada de tantos argentinos me siento como si estuviera en un barrio alejado. En cuanto a esa nostalgia de volver, dejo que la resuelva el tiempo.