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MERCEDES AZAGRA

Apenas se le oye en la redacción. Habla por teléfono con cortesía, buscando entre el ruido la concentración, sin aspavientos ni prisa. Apunta palabras en una hoja con una letra diminuta. A su lado, una agenda inmaculada, sin tachones ni dibujos. El presente político de Palma está ahí. En su corazón, una ciudad que se mueve, cambia y aprende. Pep Maria Aguiló, periodista de Ultima Hora, presentó ayer en el centro Flassaders «Los duendes de la ciudad», segunda presentación y tercer libro que reúne un centenar de artículos publicados en el diario. En ellos, «ofrezco una visión de la ciudad, caracterizada por cierto tono melancólico y un sentido del humor que huye de visceralidades».

Catalina Cirer, alcaldesa de Palma; Neus Canyelles, colaboradora de Ultima Hora, y el escritor Sebastià Benàssar, acompañaron a Aguiló en su particular visión de una ciudad «acogedora, algo impersonal y preciosa». «Creo que hay tantas Palma como personas vivimos en ella. Ha sido una pequeña ciudad hasta hace poco tiempo. Ha crecido mucho, y eso tiene ventajas e inconvenientes». Entre las ventajas, «poder tener contacto con personas que han venido de otros países. Parece que Palma es tolerante, pero me gustaría que en el fondo lo fuera».

Pep Maria Aguiló no mira Palma pensando en su futuro. Le basta con el pasado y un presente «que vamos construyendo todos poco a poco. Cada día estamos rehaciendo ese camino siempre abierto que, espero, vaya hacia un buen lugar», apuntó. La presentación, que contó con la asistencia de los concejales Javier Rodrigo de Santos, Margalida Ferrando, Rafael Durán, Pedro Àlvarez, Sebastià Sansó; Antoni Roig, portavoz del PSOE en el Ajuntament de Palma, y compañeros del periódico, tuvo anecdótico añadido: el detalle de cómo es una jornada en un diario.