Jaume Matas y Maria Antónia Munar brindan con Pere A. Serra tras valorar como muy positiva su gestión en Es Baluard. Foto: J. TORRES

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L.MOYÀ

Para el president del Govern, Jaume Matas, «las grandes cosas sólo las mueven las personas. Entiendo sus motivos, pero no los comparto, sin Pere Serra este museo no será lo mismo». Matas aseguró que «es un lujo tener a alguien como él, el verdadero artífice y motor de la vida de este museo, su decisión de abandonar el cargo de presidente es una gran pérdida, es irremplazable». Maria Antònia Munar, presidenta del Consell, dijo que «es una buena noticia para él porque tendrá un problema menos y menos críticas, pero para nosotros es un problema porque nunca encontraremos a alguien capaz de dedicar 24 horas al día a Es Baluard y de conseguir las mejores exposiciones y obras». Para Catalina Cirer, «si alguien ha ejercido de presidente, incluso antes de que existiera el museo, ha sido él. Ningún ciudadano ha hecho nunca tanto por la cultura durante estos últimos años. Habrá un antes y un después de su dimisión».

Pere A. Serra anunció ayer por la noche su decisión de dimitir como presidente de la Fundació Es Baluard, que anteriormente había comunicado al resto de patronos. Fue durante la presentación del libro editado por Ensiola Memòries d'un Museu. Diàlegs en Es Baluard, donde el también presidente-editor del Grup Serra rememora el proceso de gestación del centro de arte, así como los obstáculos que aparecieron en el camino de su creación. Pere A. Serra hizo coincidir el anuncio de su dimisión con el tercer aniversario del museo. «Mi tiempo como presidente ya se ha acabado. Ahora debe entrar sangre joven con nuevas ideas». Los motivos que esgrimió fueron tres. El primero se basa en una promesa cumplida. «Debí abandonar el cargo hace tres años cuando Es Baluard se inauguró, era el momento oportuno, pero los presidentes Jaume Matas y Maria Antònia Munar y la alcaldesa Catalina Cirer me pidieron que continuara». Entonces, optó por seguir como presidente porque «había prometido que Palma tendría una gran escultura de Calatrava». Ahora, Bou, que fue inaugurada por los Reyes, ya es una realidad.

El segundo motivo se sustenta en las cifras. «900.000 personas han visitado Es Baluard y periódicos de todo el mundo le han dedicado páginas enteras elogiosas. Por eso mi momento ha terminado». Pere A. Serra afirmó que siempre podrán contar con él, «estaré para lo que me necesiten, no me voy completamente», y que Es Baluard había sido mucho más que un museo para él. «Es como un hijo para mí, circunstancia que ha motivado que muchos lo critiquen». «Críticas» y «rumores» que han llevado a la «insolidaridad». «Con otro presidente, la solidaridad volverá. Quien no quiere a Es Baluard, no quiere a Mallorca», señaló. El tercer motivo habla del futuro. «Tengo otras metas que lograr, otros trabajos por hacer». Entre ellas, «una fundación centrada en arte en Suiza» y «una casa museo en Sóller centrada en el modernismo que contará con grandes obras y que estará en Can Prunera». Esta última se ha puesto en marcha a través de la Fundació Tren de l'Art, entidad que Pere A. Serra preside.