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NURIA ABAD

Los Reyes presidieron ayer la inauguración de la escultura Bou y de la exposición Santiago Calatrava: esculturas, dibujos y cerámicas en un acto que contó con la presencia de la ministra de Fomento, Magdalena Àlvarez, de las máximas autoridades de Balears, y de más de quinientas personas entre las que se encontraban representantes del mundo empresarial, artístico y judicial.

La ceremonia, que conmemoraba el tercer aniversario del museo, dio comienzo con la llegada de los monarcas al Museu d'Art Modern i Contemporani de Palma, donde fueron recibidos por el presidente del Govern, Jaume Matas; la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar; la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer; la ministra Àlvarez; el delegado del Gobierno, Ramón Socías; el presidente de Bancaja, José Luis Olivas; y el presidente de la Fundació Es Baluard, Pere A. Serra.

Don Juan Carlos y doña Sofía procedieron a descubrir la placa conmemorativa en referencia a la pieza diseñada por el arquitecto Calatrava específicamente para la terraza del museo.

Acto seguido, los Reyes se aproximaron al monumento para poder observar de cerca la pieza realizada en bronce y que consta de cinco cubos de 1,8 metros de lado que se elevan apoyándose uno sobre el otro hasta alcanzar una altura de 15 metros sobre el suelo, proyectándose sobre la Fachada Marítima de Palma.

Sus Majestades dieron la enhorabuena a Santiago Calatrava, que admitió sentirse «orgullosísimo» de que su escultura «luzca en un lugar tan mágico como es la muralla». Doña Sofía, muy interesada, preguntó al arquitecto cuál había sido la inspiración que había dado lugar a la pieza. Él respondió que se trataba de «un animal en el momento de abalanzarse», no en vano Boutiene su origen en una serie de estudios que Calatrava desarrolló hace más de veinte años, y que denominó «toros», en los que trabajaba con el peso y la masa de elementos cúbicos puestos en equilibrio.

Tomás Llorens, comisario junto a Boye Llorens de la exposición dedicada a Calatrava en Es Baluard, que hoy y mañana celebrará sendas jornadas de puertas abiertas, vaticinó que «esta escultura se convertirá en un monumento natural del lugar en el que se ubica y que, por su envergadura, hará del museo un espacio fácilmente identificable». Asimismo, destacó que «Bou no rompe con el entorno, sino que flota sobre él. No parece que surja del suelo, sino que llegue a la tierra desde el cielo».

Complacida con la nueva escultura que ya ha pasado a formar parte de la colección permanente de Es Baluard, la directora del museo, Marie-Claire Uberquoi, manifestó haber dado la bienvenida a la pieza con «mucho optimismo» porque «se incorpora una obra de arte de una figura internacional indiscutible, un gesto de contemporaneidad que quedará como icono de la ciudad y que dará una nueva forma a su skyline». Uberquoi aplaudió, asimismo, la «generosidad» de Calatrava, «puesto que es un gran apoyo que una estrella como él quiera regalar un escultura como esta porque siente una empatía hacia el lugar en la que se va a colocar».

Por su parte, uno de los arquitectos de Es Baluard, Luis García Ruiz, observó que «cuando nosotros intervinimos las murallas se nos pidió que el museo se adaptara a ellas en un trabajo de contención, por lo que el edificio necesitaba un hito, como Bou, que le diera personalidad». En este sentido, dijo que «guste más o menos, difiero en que el emplazamiento esté mal escogido, porque qué lugar mejor que un punto tan consistente como lo son las murallas renacentistas», y recordó que cuando se colocó la escultura de Anthony Caro, que da la bienvenida a Es Baluard, «la mejor de Palma en mi opinión», «las críticas no pararon de sucederse durante un buen tiempo».

Una de las invitadas de excepción de la velada fue Consuelo Císcar, directora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) y comisaria de diversas exposiciones sobre Calatrava. Císcar definió a Boucomo «el faro de Es Baluard». Sobre la polémica creada en torno a la escultura, quiso quitar hierro al asunto y afirmó que «como novedad, es normal que genere diferentes opiniones, circunstancia que no hace más que enriquecer el discurso de la sociedad».

Del mismo parecer fue el galerista Joan Guaita que admitió que, «por su actualidad, Bou necesitará mucho tiempo para asimilarse y creo que tenemos la obligación de reciclar nuestras percepciones».

El también galerista Gabriel Vanrell igualmente afirmó que «esta pieza estará más valorada dentro de 50 años», aunque reconoció que «es una pieza excepcional que responde a la trayectoria de Calatrava en su rigurosidad técnica y su sobriedad». El escritor Baltasar Porcel también alabó la escultura, «muy formalista, de acuerdo con las murallas, lo que da al conjunto un estética armonizada y a la vez impactante», idea con la que estuvieron de acuerdo Maribel y Alejandra Bordoy, de la galería ABA Art Contemporani.