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L.MOYÀ

Y Merma pisó Sóller. Y, con él, un estallido de rojos, azules y amarillos. El personaje creado por Joan Miró y La Claca acercó ayer a la localidad de la Vall todo el imaginario del artista catalán a través del espectáculo «Mermanomormai». Llegó en tren para celebrar la inauguración de la exposición «Cinquanta paisatges de Mallorca» y Sant Bartomeu, el patrón de Sóller, y, allí, el alcalde de Sóller, Carlos Simarro, aprovechó su visita para pedirle si Joan Miró aceptaría ser Hijo Ilustre de la localidad.

Alrededor de la una, niños y mayores esperaban en la plaza de la Constitució la llegada de la comitiva, que bajó por la calle des Born acompañada por una multitud. Merma, como no podía ser de otra forma, hizo su entrada triunfal a bordo de un Mercedes negro descapotable. Se subió al escenario acompañado por sus ministros y su esposa y se sentó. Acto seguido, Carlos Simarro le pidió permiso para hablar, permiso que se le concedió. «Estamos muy contentos con la llegada a nuestra localidad de uno de los personajes más significativos creado por Miró», afirmó. Desde ahora, «el mundo entero conocerá Sóller de la mano de Miró y de la Fundació Tren de l'Art, sobre todo gracias a su presidente, Pere A. Serra».

El tirano y machista Merma demostró a los presentes su fama de malvado haciendo una parábola sobre lo que considera que es la libertad. Para Joan Baixas, uno de los ideólogos de «Mori el Merma», la obra en que se basa «Mermanomormai», el espectáculo es «la historia del poder». «Merma no morirá nunca. Por eso hay que seguir siendo críticos, porque somos artistas».