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AGENCIAS|MADRID

La cantante Rocío Dúrcal fue incinerada ayer en el madrileño Cementerio de La Paz (Alcobendas). La familia estuvo acompañada por numerosas personalidades, entre ellas el ministro de Defensa, José Bono; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre o la concejal de las Artes del Ayuntamiento de Madrid, Alicia Moreno, además de infinidad de amigos como el cantante Raphael, Betty Missiego, José Vélez, Pilar Bardem o Pedro Osinaga.

José Bono, que también acudió al cementerio, destacó que era una mujer «encantadora, llena de fuerza y vitalidad». Esperanza Aguirre subrayó que había sido «un ejemplo durante toda su vida de excelente persona y maravillosa artista» y Carmen Calvo, ministra de Cultura, apuntó que «su calidad artística tiene aún más mérito si se tiene en cuenta que, por su generación, esta actriz y cantante tuvo que vivir momentos poco luminosos de la cultura en nuestro país». Los Reyes también enviaron sus condolencias a la familia. Un gran aplauso despidió ayer sus restos mortales, trasladados hasta el crematorio con un fondo de música de violín, teclado y una cantante. Al terminar la ceremonia, su marido, Junior, y sus tres hijos, Carmen, Antonio y Sheila, muy afectados, despidieron a los que se habían acercado hasta la capilla. «Magnífica madre y esposa que entregó los mejores años de su vida al arte y a su familia», fueron las palabras que se leyeron en el responso. Sus cenizas serán espacirdas entre España, Miami y México.