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JOAN CABOT

Puede que ya no debamos esperar genialidades de Steve Wynn, pero el californiano sigue siendo un cantautor fiable, una garantía de rock con carácter. Liderando The Miracle 3, Wynn presentó en la Fira del Disc su faceta más afilada y guitarrera. Su manera de hacer canciones pertenece a otro tiempo, heredada de grupos como Big Star, y resulta reconfortante plantarte ante alguien capaz de aguantar cinco minutos un buen tema sin necesidad de efectismos facilones.

Los Straitjackets, por su parte, se entregaron al despiporre rockista: en la mejor tradición de bandas como The Ventures, apuestan por un rock instrumental gamberro, con toques realmente freaks, por no hablar de sus máscaras y toda esa parafernalia de serie B y luchadores mejicanos.

A The Cool Daddies no les hace falta disfrazarse. Lo suyo es auténtico y sólo por eso se merecen todo el respeto del mundo. Son ya unos habituales en el cartel de la Fira del Disc, pero esta vez presentaban su primer disco «Pánico en el Coffee Bar», su tributo a cincuenta años de rock y rhythm'n'blues.

Fuera, más grupos locales como The Little Kiss, que siguen apostando por un punk-rock marcado por las melodías y unos estribillos pegadizos. Forman parte de la segunda generación de bandas a la zaga de No Children y puede que sean una de las más perseverantes. Nymphonemania estuvieron a la altura y no se fundieron bajo un sol que daba con ganas. Tienen influencias dispares, manteniendo un difícil equilibrio. Helevorn, otros que presentaban material nuevo, protagonizaron alguno de los momentos más duros del fin de semana: navegando entre el doom metal y el gótico, han conseguido convertirse en la banda más importante del género en la isla. Hay pocas, claro, pero eso hace más esencial que alguien marque un buen nivel por delante.

La jornada del domingo en la Fira fue mucho más tranquila que la del sábado. La mayoría iba al grano, directo a las cubetas para chafardear con los ojos vidriosos en busca de algo que valiera la pena. Según los expositores habían sido dos días de buenas ventas. Una muestra más de que aquí nada muere, sino que se especializa y, cuando las cosas valen la pena, algunos son capaces de dejarse en ello el sueldo.