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La bahía de Palma acogió ayer por la tarde un pequeño trozo de territorio francés, la fragata «Cassard» de la Marina Nacional del país vecino, donde Pere A. Serra, presidente del Grup Serra, recibió una de las más importantes condecoraciones de la República francesa, la medalla de «Chevalier d'Ordre des Arts et des Lettres» (Caballero de la Orden de las Artes y las Letras). El acto, muy emotivo, contó con representantes de todos los sectores de la sociedad balear, además de ciudadanos franceses residentes en la Isla.

Los invitados a la ceremonia fueron recibidos a bordo por el capitán de la fragata, Eric Chaperon, y un grupo de marineros ordenados en formación de gala. Uno a uno, saludó a los presentes, que iban llegando de forma escalonada y que fueron distribuyéndose en la cubierta posterior de la embarcación. Allí, amenizaron la espera charlando y disfrutando de una copa o de un canapé mientras el sol se ponía.

La medalla le fue concedida a Pere A. Serra el pasado 4 de marzo en París por las más altas instancias del país vecino, la presidencia del Estado y el Ministerio de Cultura y Comunicación. Se trata de la mayor distinción que la República francesa otorga en el campo de las Bellas Artes. De ahí que Bernard Valero, cónsul francés en Barcelona, empezara su discurso destacando la importancia del evento. «Es una enorme responsabilidad y un honor ser el mensajero de la República francesa para transmitir y otorgar un homenaje de Francia a un gran mallorquín, Pere A. Serra». Valero quiso destacar que sus palabras partían «de la sinceridad», por lo que decidió dejar de lado el protocolo y «hablar desde el cariño». El cónsul destacó la relación histórica que ha existido siempre entre Francia y Balears, siendo Sóller, lugar en el que nació Pere A. Serra, «una embajada, un punto de encuentro». «Hay que seguir por el mismo camino», dijo. Después, quiso desgranar los méritos de Pere A. Serra asegurando que siempre «ha rechazado los límites».