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Calor y más calor. Los libreros que han estado a pie de caseta en la Plaça d'Espanya, desde el pasado día 3, han sufrido las temperaturas veraniegas en unos stands cuya estructura de plástico los ha convertido en pequeñas saunas. Aunque no pudieron disfrutar de la sombra de los árboles del Born, y de la brisilla que llega del mar a este céntrico paseo, ayer comentaban que sí estaban contentos con la afluencia de público, pero que aún era pronto para conocer el balance económico.

Hoy, última jornada de la feria, esperan que los lectores encuentren un rato para acudir a la Plaça d'Espanya aunque, como recordaba Maria Barceló, de la librería Lluna, cuentan con dos fuertes competidores, un probable domingo de playa «y que juega Rafael Nadal en Roland Garros». Quienes se acerquen a las 12.00 al recinto podrán participar en un taller de elaboración de libros. Leo Sainz, de la librería Signe, explicaba que: «Aunque al principio había preocupación por el cambio de emplazamiento, estamos contentos, ha venido bastante público». «Si no hubiera sido por el calor...».