Imagen de Raimon, ayer en Palma, durante la entrevista. Fotos: JOAN TORRES

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Acompañado por dos guitarras, un contrabajo y un clarinete, Raimon, que abre hoy el Festival de Poesía de Lloseta, volverá a recurrir a sus poetas queridos, con Ausiàs March a la cabeza, para ofrecer un recital donde combinará los poemas de nuestros clásicos con los temas que le han consagrado como uno de los cantautores que más se han reinventado y adaptado a los tiempos modernos, aunque sus reivindicaciones no dejan de estar presentes y muy vivas.

-Dice Ausiàs en uno de sus versos: «Un mal extrem atraçat per amor». ¿Cómo se afronta la tarea de musicar esta rotundidad?
-Leí a Ausiàs por primera vez en público en el año 58 para conmemorar el quinto centenario de su muerte. Tenía 17 años y en Valencia era impensable conocer la cultura propia. No lo había leído en mi vida y Miquel Dolç fue quien me ayudó a preparar la lectura. Desde entonces quedé impactado y pensé que me gustaría musicarlo hasta que, en 1969, explotó e hice «Veles e vents».

-Debe ser complicado musicar a algunos de los mejores poetas de nuestra lengua...
-Siempre he intentado hacer buenas canciones y no traicionarlos, aunque me he tomado algunas libertades en las rimas y en la fonética de algunas palabras para combinar algunas estrofas y melodías.

-¿Qué supone actuar en un teatro pequeño, donde el calor del público se nota mucho, y abrir un festival de poesía?
-Es un gran honor formar parte de este programa. Porque es un esfuerzo muy grande por parte de la organización y porque a muchos les conozco y son muy amigos. Siempre me ha gustado poder tener cerca el calor del público. Ahora ya hace tiempo que hago los conciertos en teatros de mil personas y con unos recitales muy equilibrados en el tiempo. Es una estructura que funciona muy bien.

-Canta en catalán en Valencia, hace muchos años, y los grupos y cantautores que vienen detrás, pienso en Feliu Ventura o en Obrint Pas, continúan denunciando las mismas situaciones que usted.
-Es que en el país valenciano, la situación, desde el punto de vista de la cultura autóctona, no ha cambiado mucho y afecta a estos grupos. Desde 2002 no he actuado, y eso que la Generalitat tiene más de 60 teatros y hay otros controlados por el PP. Ni siquiera en Xátiva tengo ninguna facilidad, pero por suerte yo no dependo de ellos ni económica, ni artística, ni ideológicamente. Los que tienen más dificultades son los que empiezan.

-Ha tenido una presencia constante en los escenarios mallorquines desde el inicio de su carrera. ¿Qué es Mallorca para usted?
-Es mi casa, desde siempre, desde el 63 ó 64 cuando ya vine aquí a cantar. Lo ha sido incluso en los momentos difíciles y, a veces, es también gente que se ha ido y dejó vacíos que se notan mucho y que cuestan mucho llenar, como Joan Miró, Josep Maria Llompart, Miquel Àngel Riera, Francesc de Borja Moll, Josep Melià... Mallorca la llevo siempre en la cabeza y forma parte de mi vida, tanto por ella, como por las personas que no están, como por las que todavía están y siempre puedes reencontrar y compartirte muchas cosas. Definitivamente, Mallorca es como mi casa.

Los seguidores de Raimon pueden escucharle esta noche, a las 21.00 horas, en el Teatro de Lloseta.