El músico británico Kevin Ayers ofrecerá un concierto acompañado
de su banda el próximo 18 de diciembre en el Xesc Forteza. El
recital llega en un momento de recuperación de este artista de
sesenta años que ahora ve su extensa discografía reeditada, un
acontecimiento que no es nuevo para Ayers, quien vivió temporadas
en Deià e, incluso, hizo referencia al municipio en el disco «Deià
Vu» (Blau, 1985).
Aunque su nombre puede resultar indiferente a muchos, lo cierto
es que este músico criado en Malasia y educado musicalmente en los
círculos de Canterbury es uno de los personajes a tener en cuenta a
la hora de entender la escena psicodélica británica de los años 60
y 70.
Fue en esta ciudad británica donde la influencia de la
espontaneidad y libertad aprendida por Ayers en Asia eclosionó con
los círculos dadaistas, poéticos, de jazz de vanguardia y, en
especial, con Robert Wyatt, Hugh y Brian Hopper y Richard Sinclair.
Todos ellos formaron The Wilde Flowers en 1963 y Soft Machine en
1966.
Pero fue un año antes cuando Kevin Ayers, acompañado por su
amigo David Allen, viajó a Ibiza para disfrutar de la libertad y el
buen vino, una pasión que todavía le acompaña. El viaje lo marcó
profundamente y fue semilla de posteriores estancias en Deià.
El éxito de Soft Machine en la escena londinense y la alianza
con el manager Chas Chandler, y su protegido Jimi Hendrix, los hizo
acompañar al genial guitarrista de Seattle en una maratoniana gira
por los Estados Unidos que dejó exhausto a Ayers. Una vez más, el
artista se escapó a Ibiza buscando serenidad, lo que marcó su
salida de Soft Machine y el inicio de su carrera en solitario.
Tres décadas después de la edición de su debut personal, «Joy of
a toy», Ayers ha aportado a las discotecas más selectas una
colección de trabajos imprescindibles según la crítica más
puntillosa. Algunos citan el «Shooting at the moon», presentando en
la banda que lo acompañaba, Whole World, a un joven Mike Olfield a
la guitarra. La leyenda cuenta que Oldfield tomó la grabadora de
Ayers para su «Tubular Bells». Pero la lista continúa. Muy
recomendables son también el «Whatevershebringswesing», imposible
de trasladar a los escenarios por su fastuosa orquestación, o el
aclamado «Bananamour», intento de llegar a las listas de éxitos
comerciales con su single de salida, «Caribbean Moon».
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