Carmen Ortiz, durante un momento de la lectura. Foto: SEBASTIÀ AMENGUAL

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VIRGINIA CASADO

Palma celebró ayer, junto a varias ciudades españolas, la V Jornada Europea de la Cultura Judía. Una ocasión que tanto la sede de ARCA-Llegat Jueu como el Instituto de Relaciones Culturales Baleares-Israel aprovecharon la ocasión para permitir a muchos ciudadanos de la Isla acercarse a un legado histórico aún poco conocido como es la cultura judía. La sede de ARCA-Llegat Jueu, Can Weyler, acogió ayer por la tarde una serie de actividades y exposiciones destinadas a dar a conocer un patrimonio bastante desconocido para la comunidad mallorquina. El evento, que se celebró en el patio de Can Weyler, comenzó con una muestra que recorría los acontecimientos más importantes vividos por la comunidad judía a lo largo de la historia.

Además, a lo largo de todo el patio se pudieron ver pósters con elementos importantes de la comunidad judía como un mapa detallado con los puntos clave de la cultura sefardí en España, láminas simulando un billete del estado de Israel datado en 1986, fotos de los tesoros de la vida hispano-judía y otras curiosidades. La exposición de libros centrados en la temática judía también tuvo muy buena acogida por parte del público. La asociación puso a la venta libros de historia, teatro, cultura, narrativa, antropología, filosofía, religión, gastronomía y diccionarios. Todo tipo de materias por las que muchos curiosos se sintieron atraídos, hojeando las obras. Algunos, tras un breve vistazo, acababan llevándoselas a casa.

Este año, la comunidad judía celebra el 800 aniversario de la muerte del médico filósofo cordobés Maimónides, personaje de gran trascendencia en la cultura judía y cuya imagen y textos ocuparon gran parte de la exposición convirtiéndolo en uno de los protagonistas de la jornada. Pero sin duda lo que llamó más la atención del público congregado en Can Weyler fue la muestra de árboles genealógicos de las principales familias judías de la Isla. El grupo de genealogía e investigación de ARCA ha trabajado durante años buscando los antepasados y descendientes de familias judías mallorquinas con apellidos como Piña, Forteza, Cortés o Bonnin, algunos con una antigüedad que se remonta al siglo XVII.