La biblioteca privada y la colección de cartografía mallorquina
de Bartolomé March Servera, que se encuentran en el Palau March,
serán Bien de Interés Cultural (BIC). Así lo recomendaron los
expertos de la Ponencia Técnica de Patrimoni Històric del Consell,
quienes también acordaron que el edificio del Palau March y algunas
de las esculturas de la colección del financiero tengan categoría
de Bien Catalogado (BC). Estos elementos patrimoniales quedarán
protegidos por ley, y en el caso de la biblioteca y los mapas ambos
conjuntos no podrán desmembrarse.
Si la pasión de bibliófilo de Bartolomé March le llevó a reunir
una biblioteca de ejemplares únicos cuya datación abarca varios
siglos, su colección de cartografía mallorquina es, según los
técnicos del Consell, «una de las mejores del mundo». La
cartografía mallorquina fue definida en 1960 como «el conjunto de
cartas naúticas firmadas en Mallorca o en otro lugar por un
cartógrafo mallorquín siempre que estos datos figuren en la carta,
estén sobradamente documentadas y los textos sean en catalán». De
las 300 datadas en todo el mundo entre los siglos XIII al XVII, 11
pertenecen a esta colección. Los autores son Gratiosus Beninchasa,
Jacobus Rossus, Jaume Olives, Joan Oliva, Juan Bauttista Cavallini
y Mateu Prunes.
En cuanto a las esculturas que serán Bien Catalogado, destacan
«Square form with» y «Large toten head» de Henry Moore; «Elogio de
la arquitectura II», de Chillida; «Torse de l'homme qui tombe», de
Rodin; «Línies al vent II», de Alfaro; «Femme assisse», de
Berrocal; «Mediterrànea», de Chirino; «Tardor», de Barbara Hepworth
o «Llagosta» de César. Otras están firmadas por Cascella, Max Bill,
Arman, Francisco Baron, Xavier Corberó, Agustín Cárdenas, Jaume
Caubells, Lindsay Daen, Apel·les Fenosa; Marcel Martí, entre
otros.
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