Dolça Mulet, Maria Antónia Munar y Guillem Ginard, ayer en la presentación. Foto: SEBASTIÀ AMENGUAL

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Maria Antonia Munar, presidenta del Consell Insular, pidió ayer tiempo para «poner en orden» el departamento de Cultura de la institución, área que calificó como su «debilidad» y la «estrella» de su gestión de gobierno al nivel de ordenación del territorio y medio ambiente. Cultura tiene un presupuesto de siete millones de euros. Junto a la consellera del ramo, Dolça Mulet, y el director insular del mismo, Guillem Ginard, Munar presentó una declaración de intenciones respecto a lo que Unió Mallorquina entiende por gestión cultural. Munar apuntó que «estamos hipotecados porque durante 25 años ha habido diferentes sensibilidades y políticas al frente del departamento», lo que dificulta a los nuevos gestores «partir de cero». Como primera medida, según aseguró la consellera Mulet, «pretendemos mejorar la gestión, en lo que estamos trabajando, pero es una labor oscura que no se ve». Para 2004, UM ha cerrado las actividades y subvenciones en marcha que provenían de anteriores responsables políticos, y no será hasta 2005 «cuando se podrá ver lo que nosotros queremos hacer». Así lo aseguraron ayer Munar y Mulet: «Queremos hacer una buena gestión, que haya transparencia y optimizar recursos». Cultura del CIM no será una institución sólo «repartidora» de subvenciones. «Queremos sacar el jugo a todo lo que tenemos», dijo Ginard, para quien el CIM y sus centros «hacen mucha actividad que no se conoce». Por ello, su primer paso «será unificar imagen» en todos sus espacios: Museo Krekovic, de l'Esport, Casa Museu Llorenç Villalonga, Centros Culturales de Inca y Manacor, Espai Mallorca de Barcelona y las casas de Blai Bonet (Santanyí) y el pare Ginard (Sant Joan), pendientes de rehabilitación, que se adquirieron durante la gestión de Maria Antònia Vadell. De momento el CIM no tiene presupuesto para ponerlas en marcha porque la rehabilitación de la Misericordia se lleva buena parte del mismo. «No basta comprar cosas, después hay que tener una continuidad en los usos», fue la crítica velada a la compra de estos inmuebles.

La Misericordia, dijo Ginard, «necesita reorganizaciones en su estructura organizativa» como recolocar la librería, -ubicada ahora en el tercer piso-, «a nivel de los jardines y con un punto de información, porque donde está no va nadie». La Biblioteca Artesana también sufrirá modificaciones y la pretensión es «convertirla en un modelo de biblioteca para el resto de Mallorca, para lo que estamos en contacto con la Diputación de Barcelona». El CIM pondrá en marcha una agenda cultural, en papel e internet, para dar a conocer «todo lo que hace la institución». En cuanto a la programación teatral, como novedad, en 2004 se ha dividido el circuito en profesionales y amateurs.