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CARLES DOMENEC - BARCELONA
La cantante Maria del Mar Bonet estrena hoy en el Teatre Nacional de Catalunya su nuevo espectáculo «Caloma. Des de Mallorca a l'Alguer». El concierto ofrecerá un repertorio heterogéneo en el que puede encontrarse desde una canción tradicional mallorquina hasta un tema del último disco de Bruce Springsteen. Con la cantante participa la coral Cantiga y en el recital se presentarán hasta siete composiciones inéditas, además de una octava nunca antes grabada. Con «Raixa» ha recorrido toda Europa y cantado en Japón, Estados Unidos y Canadá.

-Caloma es la cuerda del ancla de los barcos. ¿Por qué el título?
-Se refiere a la distancia de un viaje marítimo a través del mar Mediterráneo. Representa también la distancia entre los pueblos.

-¿Por qué este concierto?
-El Teatre Nacional de Catalunya me hizo una oferta y pensé que actuar en Barcelona, tratándose de un concierto muy diferente, valía la pena. Este año no actuaré en la Plaça del Rei y, además, aún estoy metida en el proyecto de «Raixa». El repertorio que ofrezco está especialmente pensado para estos cuatro días.Está muy bien que los teatros reserven un tiempo para la música. Esta iniciativa la deberían repetir muchos teatros, ayudaría mucho a la gente que hace música.

-El éxito de «Raixa» ha llegado a todo el mundo. ¿Nos encontramos con una nueva etapa musical de Maria del Mar Bonet o, simplemente, delante de un nuevo entorno de trabajo promocional capaz de llegar a más lugares?
-Por supuesto que es una nueva etapa para mí. Se ha hecho un gran esfuerzo por parte de todos y eso se nota, tanto por parte de la editora, que hace posible llegar a más lugares, como de mi oficina. Ahora los discos se deben promocionar así para que lleguen a más gente. Si el esfuerzo es de todos, el resultado se nota. Es imprescindible que el disco vaya contigo.

-En sus trabajos son constantes las referencias al Mediterráneo. ¿Qué significa hoy ser mediterráneo?
-Es como ser de un país o de cualquier otro sitio. Da un tipo de gente con unas ciertas características, pero no comporta nada especial. Cada persona es en realidad un mundo. El Mediterráneo es muy grande, pero en él existen aspectos comunes. Todos tenemos nuestro propio mediterráneo y ideas diferentes. Para mí es algo cada vez más íntimo; parece pequeño desde un satélite pero cuando lo recorres aprecias que es muy grande. Para quienes lo amamos, ese sentimiento es muy especial. Es una visión mía, pero no la convierto en una bandera. No hago un manual, es sólo un punto de vista personal y no deseo ir más allá. Estoy segura que no soy la única persona que piensa así, aunque habrá gente que piense lo contrario.

-La actriz Nicole Kidman explicó al recibir un Oscar que el arte es importante y que por esto iba a la entrega de los premios. Para combatir una situación de intolerancia política, ¿es mejor seguir adelante porque la vida sigue o reivindicar en forma de protesta hasta el enfrentamiento?
-Estamos obligados a tomar parte de una postura delante del público que nos sigue. Lo que está pasando es terrible. La actitud del gobierno central es impresentable y de total sumisión a Bush. Eso nos lleva a un momento peligroso para la gente del Mediterráneo. Habría sido mejor estar al margen, como han hecho otros países europeos y conseguir una Europa más unida, en vez de precipitarnos al apoyo de los Estados Unidos. Debemos recordar que el Estado español es un puente entre el Norte de Àfrica y Europa.

-¿Hablará de eso en su recital?
-Sí, participaré en una protesta general respecto al desastre del gobierno español que se ha puesto de parte de un dictador como Bush. Sadam Hussein es otro dictador horroroso pero no se puede humillar al pueblo de Irak con bombas.