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CARLOS DEL AMO - MADRID
«Una figura imprescindible del teatro español», José Tamayo, murió ayer «al pie del cañón» a los 84 años de edad, después de haber dedicado su vida al teatro y «haber sorteado como nadie la censura franquista». Era «el maestro», coincidieron en destacar amigos, compañeros de trabajo y políticos, a lo largo del día. Fueron muchos años de trabajar por y para el teatro español, como empresario y director de escena, pero una repentina enfermedad respiratoria, por la que tuvo que ser ingresado en la noche del martes en el Hospital Madrid, acabó ayer con su vida a los 82 años. El estado de salud de uno de los nombres fundamentales del teatro español de la segunda mitad del siglo XX fue a peor desde que el pasado 30 de enero sufriera una caída, cuando asistía a la inauguración del Nuevo Teatro Alcalá, acompañado por su amigo el actor Pepe Rubio, quien ayer no dudo en decir que «con Tamayo hay un antes y un después en nuestro teatro. Era un genio y un ser entrañable».

Sus restos mortales serán incinerados hoy en Madrid y trasladados al cementerio de su ciudad natal, Granada, en donde será enterrado junto a su madre. Por la capilla ardiente, instalada desde primera hora de la tarde en el tanatorio de la M-30, han pasado amigos, compañeros, familiares y personas que han querido rendir un último homenaje a este empresario y director teatral que «deja una impronta y una huella en la escena española muy importante», dijo la ministra de Educación, Cultura y Deporte, Pilar del Castillo, para quien Tamayo «es una gloria del teatro español».

El secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca, señaló que Tamayo «educó en el teatro a una generación de españoles», la suya, la que hoy ha cumplido ya los cincuenta. Por su parte, la secretaria de Educación y Cultura del PSOE, Carmen Chacón, manifestó que con su muerte «desaparece un referente fundamental del teatro español de la segunda mitad del siglo XX. Fue el pionero de los grandes espectáculos al aire libre y en espacios no convencionales, y paseó nuestras zarzuelas y sus voces por todo el mundo».